Juicio, reuniones, juicio. El jueves 2 de mayo, Donald Trump regresa a la sala de audiencias de Nueva York, donde su juicio de alto riesgo por acusaciones de pagos ocultos a una exactriz porno continuará durante varias semanas más.
La pausa semanal en las audiencias del miércoles ofreció un soplo de aire fresco al candidato presidencial republicano en 2024, que pudo atacar a su rival Joe Biden, durante dos mítines en los estados claves de Wisconsin y Michigan.
Sin embargo, la vuelta al escenario del juicio promete ser peligrosa. Antes que se reanude el juicio, el juez Juan Merchán debe examinar, a partir de las 9.30 horas (13.30 GMT), una nueva salva de declaraciones desaforadas del tempestuoso multimillonario republicano, que los fiscales denuncian como violaciones de la prohibición de atacar a jurados o testigos.
Aunque Donald Trump, de 77 años, permanece en silencio durante horas en las audiencias, sus intervenciones fuera de la sala o en las redes sociales se han vuelto cada vez más candentes.
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El martes, el juez lo condenó a la multa máxima por desacato, es decir, 9.000 dólares, por nueve publicaciones en las que atacó al testigo clave de la acusación, su exabogado, convertido en enemigo jurado, Michael Cohen, y a los miembros del jurado, a los que dio a entender que carecían de imparcialidad hacia él.
El magistrado amenazó al expresidente estadounidense con penas de cárcel en caso de reincidencia, ya que la ley prevé hasta 30 días de prisión.
Las invectivas examinadas este jueves fueron señaladas por los fiscales antes de esta amenaza. Entre ellas, una entrevista en la que Donald Trump describió a los miembros del jurado como «95% demócratas». El juez no está obligado a pronunciarse inmediatamente.
Entre bastidores de la campaña
Tres años después de dejar la Casa Blanca sumida en el caos y recuperarse de dos procesos de destitución, Donald Trump entró en la campaña acusado en cuatro casos diferentes, incluido uno ante los tribunales federales de Washington por sus intentos supuestamente ilegales de anular los resultados de las elecciones presidenciales que ganó Joe Biden en 2020.
Sin embargo, debido a apelaciones y cuestiones procesales, el actual juicio en Nueva York, de menor envergadura, podría ser el único que se celebre antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Donald Trump se enfrenta, no obstante, al riesgo de la primera condena penal de un expresidente estadounidense y, en teoría, a una pena de prisión, un escenario que inclinaría la campaña hacia lo desconocido.
El expresidente de Estados Unidos está procesado por 34 falsificaciones de documentos contables, supuestamente utilizados para ocultar un pago para encubrir un posible escándalo sexual en la recta final de la campaña presidencial de 2016, que ganó por un estrecho margen a Hillary Clinton.
Una suma de 130.000 dólares pagó a la exactriz porno Stormy Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, para comprar su silencio sobre una relación sexual, que aseguró haber mantenido con él en 2006, cuando ya estaba casado. Una relación que Donald Trump niega.
Desde el inicio del juicio, los testigos han revelado los detalles entre bastidores de la victoriosa campaña de 2016, en la que variopintos intermediarios, como el antiguo jefe de un tabloide estadounidense, negociaban la exclusividad de historias subidas de tono susceptibles de salpicar a Donald Trump, para acabar no publicándolas y protegerle de cualquier escándalo.
No obstante, aún no han testificado ante el jurado los actores más esperados como Michael Cohen, abogado que pagó directamente a Stormy Daniels. Se espera que el juicio, ahora en su tercera semana, dure entre seis y ocho semanas.