Por: Marco Aurelio Quiroga Velasco/ Serán en mi criterio, las elecciones a congreso más importantes para nuestro país en los últimos 50 años. Son las primeras en un gobierno alternativo en presidencia y marcaran el 80% si el modelo sigue o el país regresa a sus luchas tradicionales.
Nunca como antes, el ego el narcisismo, el autoritarismo y demás plagas han de ceder espacio para que la cordura, la lealtad, la franqueza, la gratitud regresen a nuestra vida democrática. Los dos esquemas (el tradicional y el alternativo) entienden por necesidad que se adaptan o desaparecerán. Un triunfo congresional significativo les representa la perpetuidad presidencial.
La figura de la oposición carece de un líder en el congreso de la Republica y la Bancada de gobierno sufre con una implosión gradual que no deja dormir al presidente Gustavo Petro.
El Centro Democrático se desgrana día a día y la última encuesta presidencial donde el senador Miguel Uribe gana, pone a correr a más de uno.
El presidente Petro y algunos moderados progresistas, saben perfectamente que la Reelección es la muerte; porque son el producto de la Democracia y la Reelección es la cuota a una dictadura. Esa implosión congresional de los alternativos debe ser sometido a una cirugía de urgencia, sin cita previa, ni desayunos en palacio, ni lobistas en los pasillos acosando sin madre. Creo que Roy Barrera puede ser ese camaleón que apague el incendio y calme las aguas; además es médico y sabe lo que es una cirugía de urgencia.
Los llamados tradicionales no creo que apuesten enfrentar, las elecciones sin una claridad de candidato presidencial. Me parece que ir a consultas internas es un desgaste imperdonable, porque carecen de gobierno nacional. Curiosamente la ausencia de ese poder nacional, marcara unas posibilidades enormes de aumentar en Senado y Cámara su representación y, por ende, un tanque de oxígeno vital para recuperar el poder.
Deberán estos últimos jugar lo más temprano que tarde, con una figura que se mueve en la casa Blanca, como en su propia casa, que es respetado por el congreso, un conciliador, moderado, joven, sin escandalo conocido, exministro de defensa y dos veces embajador en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón (como dato curioso su segundo apellido es Bueno).
Esa fuerza del candidato presidencial unificado en los partidos tradicionales, será la movida en el ajedrez político determinante en congreso.
Descartada la Reelección, los alternativos solo tienen en el poder mismo, la estrategia para fortalecer su congreso. En pocas palabras, les toca morder la lengua y entregarse a la Burocracia los contratos, el clientelismo, las CPS, las vacunas para jugar; o sea una propuesta alternativa con prácticas tradicionales, ironías de la vida pública.
deben estos últimos buscar debajo de las piedras, ese candidato presidencial que no respire pacto histórico, ni militancia, ni Colombia humana etc., etc. Me atrevo a pensar en el nombre de Luis Fernando Velasco.
Sería muy interesante permitir que estos dos nombres, Juan Carlos Osorio y Luis Fernando Velasco abran el foro democrático de nuestro país, inviten con plena identidad a merecer unos espacios electorales en disputa a 2026.
Los tradicionales y los alternativos casi que en un capitulo jamás visto en Colombia, deben enfrentar las elecciones a congreso y presidencia 2026, con una estrategia que deseo bautizar de doble vía; es decir, renunciar al modelo pasado de las líneas paralelas que nunca se unen. Unos buenos y unificados candidatos presidenciales sumaran credenciales sin duda alguna. Quien gane congreso, pondrá presidente, es esta la doble vía.
Amigo lector, nos vemos en las urnas, pero antes es importante estar conectados al diario vivir de la política y los gobernantes; ser parte activa del destino de nuestras ciudades, de los sitios de trabajo y estudio, de la cuadra donde vivimos, de la Iglesia donde acudimos, de los amigos y nuestras familias. Es sencillo, se trata de ser ciudadanos y no simples habitantes.
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*Abogado, sociólogo, profesor universitario