Con un llamado a transformar las palabras en compromisos reales, la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia Torres, intervino en la sesión plenaria del 55° período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebra en Antigua y Barbuda. Su discurso estuvo enfocado en la urgencia de construir una acción hemisférica solidaria, efectiva y justa, que responda con decisión a los desafíos actuales de la región.
“La democracia no se hereda: se construye”, afirmó la canciller citando al papa Francisco, al insistir en que América no necesita más discursos grandilocuentes sino acciones concretas, decisiones valientes y voluntad política que esté a la altura del sufrimiento y la esperanza de sus pueblos. La frase marcó uno de los momentos más contundentes de su intervención.
El llamado de Colombia fue particularmente enfático frente a la situación de Haití, país al que Sarabia calificó como “la herida abierta de América”. La canciller reclamó que el continente le ha fallado al pueblo haitiano y exigió que cesen las decisiones tomadas sin su participación: “No puede haber más decisiones sobre Haití sin la opinión del pueblo de Haití”, dijo. Además, anunció que Colombia ha dispuesto capacidades militares para sumarse a una solución real, concertada y urgente que permita reconstruir institucionalmente al país caribeño.
Durante su participación, Sarabia también destacó la elección de la colombiana Laura Gil como nueva secretaria general adjunta de la OEA, hecho que consideró un paso trascendental en el proceso de renovación y transformación del liderazgo en las Américas. En nombre del Gobierno del Cambio, la ministra propuso que Colombia sea sede de la Asamblea General de la OEA en 2028, con motivo de los 80 años de la firma de la Carta de Bogotá, documento fundacional de la Organización.
La agenda de la canciller incluyó encuentros bilaterales con los ministros de Relaciones Exteriores de Haití, Belice, y Trinidad y Tobago; con el secretario general de la OEA, Albert Ramdin; con el Servicio Europeo de Acción Exterior; y con representantes de Naciones Unidas. En todas las reuniones reiteró el compromiso de Colombia con la paz regional, los derechos humanos, la democracia efectiva y la seguridad ciudadana.
La intervención de Sarabia concluyó con una invitación a construir democracias vivas, que no se midan solo por elecciones sino por la dignidad de los pueblos. El mensaje central de Colombia fue claro: pasar del discurso a la acción.
- Información de Cancillería