Corea del Sur registró el sábado su segundo mayor número diario de casos de coronavirus, ya que los brotes en una prisión, residencias de ancianos e iglesias siguieron creciendo, lo que llevó a las autoridades a pedir el cese de todas las reuniones de fin de año.
La Agencia de Control y Prevención de Enfermedades de Corea (KDCA) dijo que hubo 1.132 nuevos casos de coronavirus el viernes, no muy lejos del récord de 1.241 registrados un día antes.
“El virus se está propagando cuando y donde quiere”, dijo el ministro de Salud, Kwon Deok-cheol, en una reunión de la agencia, añadiendo que la gente también se estaba infectando en pequeñas reuniones con amigos y conocidos.
“Al estar en la encrucijada de la tercera ola, la forma de detener la propagación depende de cómo pasemos este fin de año y el período de Año Nuevo”.
El Gobierno tiene previsto celebrar una reunión el domingo para discutir si endurecerá las normas de distanciamiento al nivel más duro para el área metropolitana de Seúl.
Eso supondría el cierre de otros 1,2 millones de tiendas y permitiría que solo los trabajadores esenciales vayan a las oficinas. Las restricciones actuales han cerrado clubes nocturnos, bares de karaoke y otros lugares de entretenimiento nocturno, y se han prohibido las comidas en restaurantes después de las 9 p.m.
De cara a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el Gobierno también prohibió las reuniones de más de cuatro personas en la zona metropolitana de Seúl y cerró las estaciones de esquí y otros lugares turísticos.
Corea del Sur había logrado en gran medida controlar los primeros brotes importantes con pruebas masivas y el rastreo de contactos. Sin embargo, los críticos han culpado a las autoridades por ser demasiado confiadas y no prepararse adecuadamente para la tercera ola, la más grande hasta el momento.
El total de infecciones en Corea del Sur es ahora de 54.770, con 773 muertes, según los datos de la KDCA.
