En 2020, todas las miradas estuvieron sobre el Covid-19. Pero mientras aumentan las expectativas de una vacunación masiva, este año promete ser el momento para enfocarnos en otro desafío más, tan grande como el anterior: mitigar el cambio climático.
Para prevenir que el planeta alcance temperaturas nunca antes vistas, la ONG internacional Sinergia Animal y más de 30 organizaciones aliadas interpelan de forma urgente a los bancos de desarrollo a anunciar una desinversión significativa de la producción animal.
De acuerdo con la FAO, al menos un 14.5 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por humanos provienen del sector ganadero.
La coalición de ONGs internacionales recomienda que las inversiones en la producción animal industrial sean descontinuadas y se cambie a sistemas agroecológicos, sistemas agrícolas indígenas, agroforestería, granjas orgánicas, sistemas alimentarios basados en plantas, sistema de silvopastoreo e iniciativas de praderas permanentes menos intensivas.
Un estudio reciente por el Banco Interamericano de Desarrollo (IDB) y la Organización Internacional del Trabajo (ILO) demuestra un beneficio adicional de transicionar a una economía de zero emisiones netas, que incluye más dietas basadas en plantas: podría crear 15 millones de nuevos trabajos en América Latina y el Caribe para 2030.