Fueron cerca de dos décadas de terror las que tuvieron que soportar las víctimas de Dominic Ongwen. Aunque las violaciones, esclavitud sexual, torturas, secuestros, asesinatos, incluidos niños, y reclutamiento de menores dejaron huellas imborrables a miles de personas en Uganda, la Justicia internacional condenó al antiguo niño soldado y se apresta a dejarlo en prisión por sus múltiples crímenes.
Con corbata y sin inmutarse, el excomandante del grupo guerrillero autodenominado Ejército de Resistencia del Señor (ERS) escuchó ante el tribunal el veredicto que requirió cerca de dos horas para narrar los abominables delitos que cometió. Tras la diligencia se le declaró culpable de 61 cargos de crímenes de guerra y de lesa humanidad.
«Dominic Ongwen ha sido declarado culpable más allá de toda duda razonable de una serie de crímenes cometidos en el contexto de los cuatro ataques específicos contra los campos de desplazados internos de Pajule, Odek, Lukodi y Abok», afirmó el juez de la Corte Penal Internacional, Bertram Schmitt, en referencia a los campamentos de refugiados en el norte de Uganda, que supuestamente eran defendidos por el Ejército del país.
Primer veredicto de la CPI por embarazo forzado
El dictamen contra Ongwen incluyó el primer fallo de la Corte Penal Internacional por embarazo forzado debido a las atrocidades cometidas contra al menos siete mujeres. Entre 2002 y 2005, fueron obligadas a ser las «supuestas esposas» del exintegrante del grupo guerrillero y dos dieron a luz a niños, lo que llevó a la histórica condena por ese cargo.
«Como resultado de la violencia sexual y física y las condiciones de vida a las que fueron sometidas, las mujeres y niñas secuestradas sufrieron dolores físicos y mentales severos, apenas imaginables», resaltó el juez Schmitt.
Bajo el mando de Ongwen, los rebeldes obligaron a decenas de madres secuestradas a abandonar a sus bebés que lloraban en el monte para obligarlas a cargar bienes saqueados. Entre las desgarradoras historias, el tribunal contó que un niño de dos meses fue arrojado a un pozo de basura.
La defensa intentó justificar que Ongwen fue una víctima por haber sido reclutado a la fuerza por el mencionado grupo rebelde cuando era un niño de nueve años, por lo que habría sufrido daños sicológicos. Sin embargo, los jueces desestimaron ese enfoque al indicar que el hombre actuó de forma independiente.
«La cámara es consciente de que sufrió mucho (…) Sin embargo, este caso se trata de crímenes cometidos por Dominic Ongwen como adulto responsable y comandante del Ejército de Resistencia del Señor. La sala no encontró evidencia para la afirmación de la defensa de que padecía alguna enfermedad mental o que cometió los crímenes bajo coacción», respondió Schmitt.
Human Rights Watch (HRW) señaló que este caso representa un importante acontecimiento en el logro de Justicia para las víctimas del denominado Ejército de Resistencia del Señor.
«Es un hito como el primer y único caso del ERS en llegar a un veredicto en cualquier parte del mundo», dijo Elise Keppler, directora asociada del Programa de Justicia Internacional de HRW.
De acuerdo con Naciones Unidas, el ERS asesinó a más de 100.000 personas y secuestró a 60.000 niños en una campaña de violencia para establecer un Estado supuestamente basado en los diez mandamientos de la Biblia, que se extendió a otras tres naciones africanas: Sudán, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana.
Una audiencia que está prevista para mediados de abril considerará una posible sentencia, que podría ser de hasta cadena perpetua. Se espera una decisión a finales de este año.
El equipo legal de Ongwen aún tiene la posibilidad de presentar un recurso de apelación para el hombre que permanece en el centro de detención de la CPI desde enero de 2015.