Entre el voto nulo y el respaldo a la izquierda o la derecha. Este dilema, previo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, que se disputarán este domingo 11 de abril, divide al movimiento indígena del país. El apoyo de esta comunidad es crucial en medio de una reñida contienda, según apunta la última encuesta de la investigadora Market vaticina.
Este martes, el presidente del Movimiento Indígena y Campesino (MICC), Leonidas Iza, ratificó que debe haber sanciones para los miembros del colectivo que tengan “actitudes individuales”. También urgió a respetar el acuerdo por el voto nulo que hizo esta comunidad frente a los comicios que se avecinan.
Sus declaraciones se produjeron luego de que el movimiento indígena y político, Pachakutik, expulsara de sus filas a Jaime Vargas, uno de sus máximos representantes, pues además es presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), la organización que agrupa a todas las asociaciones aborígenes del país. Lo excluyó luego de que, el sábado, Vargas declarara públicamente su respaldo al candidato de la izquierda, el correista, Andrés Arauz.
Tras ser expulsado, Vargas acusó a la organización de aliarse con la derecha y de no acoger sus propuestas ni plan para que el movimiento indígena llegara a la presidencia. “Pachakutik actuó de acuerdo con sus intereses. No acataron las 16 resoluciones que tuvimos del movimiento indígena, solo cuando les conviene dicen que la Conaie es parte de Pachakutik, pero en estas elecciones actuaron solos y de acuerdo a sus intereses”, aseguró.
Pero Vargas no fue el único que decidió desligarse del pacto alcanzado entre los indígenas en marzo sobre respaldar el voto nulo en la segunda vuelta electoral. Virna Cedeno, quien fuera la fórmula vicepresidencial de Pérez, anunció días antes su respaldo al candidato de la centroderecha, Guillermo Lasso.
La directiva de Pachakutik, que actuaba como brazo político de la Conaie, también decidió retirarla del movimiento.
Los desacuerdos no paran ahí. Yaku Pérez llamó a Jaime Vargas “cadáver político” por respaldar a Arauz, mientras que otros miembros de la organización, como el asambleísta electo por la Revolución Ciudadana, Ricardo Ulcuango, señalaron que la decisión de Vargas refleja la opinión de la mayoría de las bases indígenas.
“La Conaie jamás apoyará a la oligarquía y neoliberalismo representado en Guillermo Lasso quien ha cogobernado con Lenín Moreno, el cual ha llevado a un fracaso económico y social, además de impulsar la desinstitucionalidad del país”, sostuvo Ulcuango.
No obstante, la Conaie insistió en las últimas horas en el voto nulo y pidió a los líderes indígenas «no caer en el juego electoral y mantener el horizonte ideológico con firmeza».
Voto indígena, clave para ganar la segunda vuelta
A pocos días del balotaje, Arauz y Lasso parecen reducir la diferencia en las preferencias del electorado.
En la primera vuelta el izquierdista y delfín político del expresidente Rafael Correa, sacó una diferencia de trece puntos frente a Lasso, al obtener un 32.72 % de los votos. Ese resultado le dio el primer lugar, pero no se definió como ganador, ya que ningún candidato obtuvo más del 50 % de los votos.
Ahora, según varias encuestas la ventaja que tuvo Arauz frente a Lasso se reduce a diez puntos. Pero, de acuerdo con el último sondeo de la investigadora Market vaticina habrá un “empate técnico”.
«La diferencia en apoyo electoral entre los dos finalistas pareciera ser tan pequeña que el voto afirmativo de quienes inicialmente pretendían anular la papeleta podría llegar a ser determinante», escribió el politólogo Santiago Basabe en su columna semanal en la web Primicias.
Según la encuesta de Market Vaticina, el 50% votará a Arauz y el 49%, a Lasso, con una diferencia de unos 70.000 sufragios.
Ambos candidatos se disputan el voto de los indígenas que con su candidato en la primera vuelta representaron el 19,39 % del escrutinio, para el 7 de febrero. Es decir, alrededor de 1.800.000 votos, una cifra nada despreciable para ningún aspirante al Palacio de Carondelet, especialmente si se cumple la previsión de un ajustado balotaje.
