En enero de este año, Alex Washut trazó planes de contratación para sus dos restaurantes en el oeste de Massachusetts. Su cálculo inicial apuntaba a que necesitaba contratar, para mayo, 20 nuevos empleados, entre cocineros, meseros y personal de aseo.
A pesar de que dice que ha duplicado los salarios en algunos casos, solo ha logrado contratar a cinco. La mayoría de las veces, aseguró a la agencia Reuters, los candidatos ni siquiera se presentaron a sus entrevistas.
Como si de una paradoja se tratara, de los 22 millones de empleos que destruyó la pandemia en Estados Unidos, todavía faltan ocho millones por recuperar. Y el desempleo quedó estancado en el 6,1%, después de meses de avance, tras tocar un máximo histórico del 14,7% hace justamente un año.
Una encuesta de la Federación Nacional de Empresas Independientes mostró que un récord del 42% de las pequeñas empresas todavía tenían puestos de trabajo sin cubrir en marzo.
¿Exceso de ayuda?
Muchos republicanos dicen que el decepcionante informe de empleo indica que los gobiernos a nivel federal y estatal están siendo demasiado generosos con los beneficios por desempleo, lo que desalienta a las personas a trabajar.
En una medida que podría replicarse en otros estados liderados por republicanos, Arkansas, Montana y Carolina del Sur dijeron que pondrán fin el próximo mes a los beneficios federales por desempleo impulsados por el presidente Joe Biden, diciendo que están impidiendo que la gente trabaje.
Datos publicados por el Departamento de Trabajo el jueves 6 de mayo mostraron que más de 16 millones de personas siguen recibiendo algún tipo de prestación por desempleo, a pesar de que ha pasado más de un año de pandemia.
Los demócratas, por su parte, aseguran que las empresas no ofrecen salarios lo suficientemente altos o programas como cuidado infantil subsidiado para alentar a la gente a volver a trabajar.
El presidente Biden aseguró este viernes que «cuando aprobamos el plan de rescate, quiero recordarles a todos: fue diseñado para ayudarnos en el transcurso de un año, no 60 días, ¡un año! Nunca pensamos que después de los primeros 50 o 60 días todo estaría bien».
Lo cierto es que, a un año de pandemia, al desempleo le queda un largo camino por recorrer, si quiere volver a niveles de febrero de 2020, cuando se ubicó en la tasa más baja en cinco décadas: un 3,5%.