Por: Gustavo Herrera Acelas/ Es interesante ver a tanta gente participando en las protestas, lo más importante pienso yo que ha hecho este gobierno, es haber unido gentes de diferentes generaciones, ideologías, religiones para exclamar su voz de rechazo a todas las decisiones de las reformas que cursan en el Congreso.
Pensamos erróneamente que hay que cambiar al presidente y no le damos la importancia de renovar el congreso y allí es donde verdaderamente se aprueban o desaprueban las reformas. Mientras nos matamos a palo y piedra y escopetazos los del pueblo con los del pueblo.
A escasos un parto se renovarán en toda Colombia el Congreso de la República. Cuando hablo de renovación no me refiero únicamente a que lleguen nuevas caras. Me refiero realmente a que llegue el país al Congreso como fue su esencia en la constituyente y en la construcción del Estado colombiano. El país de las mujeres, de los campesinos, jóvenes, indígenas, de los microempresarios, de los representantes de las víctimas, de los tenderos, de los comunales, de las reservas. El país diverso en sus identidades y géneros. Colombia no puede seguir a merced de negociantes y tramposos, que engañan al electorado en campaña para luego legislar en contra de la gente.
Nos vendieron la idea que había que votar por la derecha para no quedar como Venezuela y la nación colombiana va rumbo hacia un callejón sin salida, hacia la situación del país no viable, muy parecida a la que vivió la extinta URSS por culpa del predominio de la camarilla corrompida y burocrática del partido comunista y la que aún padeció la nación mejicana con la dictadura burocrática clientelista del famoso PRI.
En ese sentido, hago una invitación para que la ciudadanía no vote por los mismos de siempre, sino por personas honestas, confiables y diversas. Hago un llamado para que se unan a este propósito y le apuesten a una transformación real.
El viernes pasado estuve en una reunión abierta para jóvenes en el coliseo Vicente Diaz convocada por la viceministra del Deporte, Lina Barrera y escuchaba atentamente a diferentes muchachos y el gran problema es que el joven activista radical es activo político pero abstencionista en las urnas, no creen en nada ni en la nadie, es más anarquista que demócrata, bien decía Jaime Garzón, “si ustedes jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselo. ¡Nadie!” Hay que pasar de la protesta a la propuesta.
Las decisiones en el Congreso han sido invisibilizadas con la desaparición del debate político e ideológico y con la aparición del político utilitarista, ha sido la forma ideal para conseguir adeptos con favores, dádivas, puestos y auxilios. Con estas prácticas se debilita gravemente la democracia y se impone el paternalismo, de mano de los partidos políticos.
El principal problema del país es la corrupción. Así lo han manifestado todas las personas e instituciones respetables y acatadas como la iglesia. Dele usted a Colombia gobernantes y congresistas honestos y se abrirá el camino a la solución de los problemas de guerrilla, paramilitarismo y narcotráfico, que tienen todos sus caldos de cultivo en la corrupción y en la intolerancia que ésta genera. Y se crearán las condiciones para la base de un Estado eficiente, resolver los graves desajustes sociales que no le permiten a nuestro pueblo disfrutar de los beneficios de la vida moderna.
Es pues, un imperativo histórico dedicar unos minutos de reflexión al futuro del país y resolver votar por los candidatos que no tienen rabo de paja, que no figuran en las páginas de la infamia como autores intelectuales de la quiebra de los establecimientos públicos o en el expediente de la vergüenza nacional. Se trata de castigar con el voto a quienes, por los expedientes y los hechos notorios, de los cuales ha dado testimonio la prensa, tienen mucho que ver con este desbarajuste nacional que ha deslegitimado el Estado, le ha hecho perder credibilidad a sus instituciones y ha convertido en letra muerta la democracia participativa, el estado social de derecho y los derechos humanos, consagrados en la constituyente de 1.991, hasta hoy burlada.
Los nuevos líderes deben comprometerse a múltiples actividades orientadas y a fomentar el sentido de pertenencia, evitar en parte la ineficacia e ineficiencia administrativa, el fomentar la actividad empresarial comunitaria y los presupuestos participativos como único medio de independencia y autonomía económica en los organismos comunales y sociales.
Con mucha fuerza debemos decir que el nuevo congreso debe recuperar la confianza. Óigase bien, sin confianza, sin amistad, sin afecto, sin lealtad entre los cabildantes, entre los integrantes de una comunidad y más aún de una organización tan importante como esta, no hay unidad ni convivencia, no hay desarrollo ni prosperidad. Este es un aspecto fundamental que deben entender los aspirantes para identificar la causa de la crisis más aguda que está atravesando el país, pero también que debemos entender todos, para transitar desde la base ciudadana por los verdaderos caminos de la convivencia, la paz y el desarrollo, todas las estadísticas nacionales e internacionales indican que Colombia es uno de los países más violento del mundo.
Y lo es, no solamente por la existencia de grupos armados ilegales; ante todo lo es, por la violencia familiar, por las riñas, por la infinidad de conflictos que innecesariamente se generan en nuestra vida cotidiana, en nuestras comunidades, por la intolerancia y por la incapacidad de resolver de manera pacífica, civilizada y honestas nuestras diferencias. El nuevo Congreso debe poner mucha atención a este problema porque en sus manos está parte de la solución, entendiendo cuál es su objetivo fundamental, como es el de construir armonía, convivencia, tolerancia, afecto, amistad, solidaridad y confianza. Bienvenida la democracia.
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*Dirigente comunal, artista y consultor de marketing
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Gustavo de acuerdo con tus planteamientos y no se si alguien lo haya dicho ya pero quiero expresar que considero que la política está muy politizada y los senadores, ediles y demás representantes Nte una propuesta no la analizan a fondo, simplemente votan en contra de su corriente ideológica para hacer quedar mal o tumbar al gobernante que este en su oposición… Se limitan a rechazar lo que planteen los de otra colectividad pero no hacen «propuestas» serias y que de verdad le sirvan al país.