Por: César Camilo Hernández Hernández/ Se cumplió un mes de protestas, y no vemos voluntad de ningún sector. Los supuestos líderes del paro están incendiando a los jóvenes de primera línea a acabar con lo privado y público, al igual que el gobierno sin una hoja de ruta de negociación, haciendo uso de la fuerza y volviendo a que prime la confrontación como mediación.
¿Quiénes están dando la orden desde los flancos a convertir a Colombia en una guerra fría?, ¿A quiénes les interesa seguir polarizando el país?, ¿A quiénes no les interesa que haya un acuerdo urgente?; en el trasfondo están saliendo a luz los macabros intereses políticos y económicos de ciertos personajes que están jugando con el pueblo para sus beneficios.
La tensión que se ve en redes sociales y en la calle es preocupante, de un lado expresando que no dejan avanzar las regiones porque la culpa es de todos, que sino regalan o subsidian todo no hay igualdad, por otro lado, exclamando que el socialismo quiere apoderarse del país, achacando que todos los sucesos son culpa de la oposición.
Es alarmante como están infiriendo en los corazones del futuro de Colombia de una forma errónea donde prevalezca la violencia y la anarquía. Duele leer y escuchar jóvenes que recriminan haber nacido en nuestro país, que sueñan con salir rápido de él, que actúan sesgados por el rencor y promovidos por una ideología disfuncional.
Es catastrófico el mensaje de choque cuando escuchamos a un gobierno lejano de los ciudadanos, donde se actúa con hermetismo que no ve más allá de su círculo primario. Se aborrece ese deseo imposición y perpetuidad del poder, que tanto daño le ha hecho a la patria y va en contravía de los principios de democracia.
Los colombianos no podemos participar en el ajedrez del momento como peones, el actuar de cada persona debe ir de acuerdo a la razón y la construcción; en este juego que están armando es necesario proceder de forma aportante, pero sin vendarnos los ojos; la situación necesita de unos actores sapientes, propositivos y ecuánimes.
La ciudadanía está dispuesta a abrir los ojos para identificar quienes insisten en que el camino del caos es el apropiado, es necesario abolir esos líderes negativos impasibles y populistas; la sensatez, la tolerancia y el dialogo debe primar como punto de partida para sacar a nuestro país de este agujero negro.
El liderazgo se da en la preservación del estado y la nación por encima de cualquier interés, el gobierno debe plantear una solución a las inconformidades de las clases sociales y los marchantes deberán respetar la fuerza pública, al empresario y al ciudadano de a pie, para que podamos entre todos construir sin destruir.
Es necesario poner en “off” a aquellos que quieren seguir dando órdenes malintencionadas, inoperantes y extremistas. No existe espacio para aquellos que la discusión no es una opción, el consenso es perentorio por el bien común; ya vendrá la oportunidad de elegir verdaderos líderes, no por banalidades o euforias, sino por edificar una mejor Colombia.
Los jóvenes de primera línea son los llamados a ver las fortalezas y bondades de nuestra tierra, si bien es correcto aceptar que faltan oportunidades, también es justo admitir que se pueden lograr con lucha, estudio y conciencia a la hora de sufragar, es hora de tomar el mando con personas competentes y experimentadas.
Nos cansamos de aquellos que están dando la orden para seguir en esta incertidumbre y retroceso, la verdadera resistencia somos los que exigimos una salida justa, condescendiente y razonable, nadie se merece un futuro sin garantías, sin esperanzas y a la deriva, es tiempo de una nueva Colombia llena de mejores seres humanos.
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*Ingeniero Industrial, Especialista en Gerencia de Proyectos y Magister en Administración.
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