Glasgow es la sede de la cumbre COP26, que reúne a los políticos más trascendentes del mundo para configurar los lineamientos con los que combatirán la crisis climática en los próximos años.
Sin embargo, el entusiasmo ha ido en caída libre. Recientemente, el primer ministro británico Boris Johnson admitió sus temores de que la cumbre no cumpla con los objetivos planteados y los activistas por el medio ambiente dudan de la efectividad del encuentro, dada la falta de voluntad política de los líderes.
Hace semanas, en el ‘Youth4Climate’ desarrollado en septiembre en Milán, la joven Greta Thunberg había manifestado que en las cuestiones climáticas, los gobernantes solamente se dedican al “bla, bla, bla, bla”.
Luego de la decepcionante COP25 de Madrid en 2019, la conferencia en Reino Unido aparece como una oportunidad única para marcar un antes y un después, y evitar que se profundice la crisis medioambiental.
David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, manifestó este sábado que el mundo «no puede permitirse un fracaso de la COP26». Sin embargo, aclaró que la ‘transición verde’ debe ser paulatina y no ser un motivo más para aumentar las desigualdades, sino que, al contrario, debe reducirlas.
«El Informe de la ONU sobre la Brecha de Emisiones deja claro que los actuales planes nacionales para hacer frente al cambio climático distan mucho de poder ser considerados como suficientes», aseguró.
También aseveró que si la intención es limitar el calentamiento global a 1,5 grados, deben tomar en serio las ambiciones, «convertirlas en claras y realizables» y quienes tienen que liderar estas premisas son las naciones del G20, ya que son responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
Sassoli llamó a «seguir el ejemplo» de la Unión Europea para lograr la neutralidad climática para 2050 y, a los países más desarrollados, a honrar su promesa de recaudar 100 mil millones de dólares para ayudar a los que están en vías de desarrollo a enfrentar la emergencia climática.
EE. UU. regresa al bando ‘verde’ con la administración de Biden
Uno de los colosos globales es, sin lugar a dudas, Estados Unidos. Su poderío tanto económico como en materia de influencias lo transforman en un jugador clave en el duelo por preservar los índices climáticos en su lugar.
«Es un socio que se toma en serio la amenaza que supone el cambio climático», afirmó Sassoli sobre el presidente Joe Biden. Bajo su mandato retomará el bando ecológico que tenía durante la etapa de Barack Obama y que dejó con Donald Trump y su negacionismo sobre el calentamiento global.
Con Obama, el país fue uno de los impulsores para que se firmara el Acuerdo de París, pero con la administración de Trump la nación cambió radicalmente su postura y se retiró unilateralmente del pacto climático.
Estados Unidos es de los que tomó más intensamente la iniciativa, al menos en la teoría, luego de anunciar el proyecto para la reducción de emisiones de metano en un 50% para 2030 y aumentar ese número con el tiempo.
China no viaja y defenderá sus propuestas virtualmente
El presidente de China, Xi Jinping, fue uno de los grandes ausentes del G20 que se celebra en Roma. Esa fue la primera cumbre global post-pandemia que pudo llevarse a cabo de manera presencial. Sin embargo, el mandatario del gigante asiático no fue parte de la delegación y apareció de manera remota.
Ahora, en Glasgow, sucederá lo mismo luego de que pidiera a los miembros del G20 en la comparecencia del sábado ser «un ejemplo» en la reducción de emisiones de carbono tras afirmar que China ya está en la «transición verde».
Dentro de los objetivos ambientales chinos está el «esfuerzo» por aminorar las emisiones de CO2 a cero antes de 2060.
Otra de las bajas es el presidente ruso Vladimir Putin, quien pidió de forma remota a los líderes del G20 acelerar el reconocimiento mutuo de las vacunas contra el Covid-19. En materia ambiental, Putin también intervendrá por videoconferencia en la COP26. El mandatario había manifestado ser consciente «de lo importante que es» combatir la crisis climática y comprometió a Rusia, el cuarto país con mayor emisión de gases de efecto invernadero, a conseguir la neutralidad en 2060.
Quien tampoco estará será la reina Isabel II luego de que este último viernes el Palacio de Buckingham informara que la monarca tendrá dos semanas de descanso por precaución médica. De esta forma, no podrá obrar de anfitriona de la cumbre que se hará en Escocia bajo la bandera de Reino Unido.