Con el fin de luchar contra un nuevo brote de contagios por Covid-19, Alemania generalizará restricciones específicas a las personas no vacunadas, como su exclusión de determinados lugares públicos, según anunció el jueves 18 de noviembre la canciller saliente, Angela Merkel, tras una reunión de crisis.
También se introdujo el tema de la vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud.
«Tenemos que frenar rápidamente el aumento exponencial» de los nuevos contagios y de la ocupación de camas de cuidados intensivos, dijo Merkel, al término de la reunión de crisis con los jefes de gobiernos regionales, responsables de los asuntos sanitarios.
La reunión se produjo después de que el número de nuevos contagios alcanzó los 65.371 en 24 horas, según datos del Instituto Robert Koch de Vigilancia Sanitaria (RKI), el más alto desde el inicio de la pandemia.
La cuarta oleada de la pandemia, descrita como «muy dramática» por la líder alemana, golpeó a la mayor economía de Europa en medio de un vacío de poder, con el Gobierno de Angela Merkel a cargo de la dirección de los asuntos actuales, por un lado, mientras los tres partidos, SPD, Verdes y Liberales, negocian por otro lado para formar un nuevo ejecutivo.
Restricciones drásticas para los no vacunados
Los líderes pidieron que se limite drásticamente la vida social de los no vacunados.
Las medidas dirigidas a este grupo de personas ya están en vigor en las regiones afectadas y se extenderán a todo el país.
La llamada norma «2G», que permite sólo a los vacunados («geimpfte») y a los curados («genesene») entrar en lugares públicos como restaurantes o salas de conciertos, se aplicará en cuanto el umbral de hospitalización supere los tres pacientes de Covid-19 por cada 100.000 habitantes, lo que ya ocurre en doce de los 16 estados federales del país.
Según esta disposición, la presentación de una prueba negativa ya no es suficiente si la persona no está vacunada. La ciudad-estado de Berlín ya aplica esta medida.
Cuando el umbral de hospitalización supere el valor de seis, los vacunados y recuperados deberán tener un test negativo además de su certificado para acceder a una lista de establecimientos.
Como último recurso, se cerrarán los comercios, restaurantes y bares de las regiones. Las escuelas seguirán abiertas, pero los alumnos serán examinados regularmente.
Las autoridades han decidido también una vuelta masiva al teletrabajo siempre que sea posible y un pase sanitario obligatorio en el transporte público y en el lugar de trabajo.
El acceso a las residencias de ancianos y a los centros médicos solo se permitirá con una prueba de menos de 24 horas, incluido para los vacunados o curados.
Recientemente, al menos 11 personas mayores murieron y varios se contagiaron en una residencia de Brandemburgo, donde sólo la mitad del personal médico estaba vacunado.
Vacunación obligatoria para los cuidadores
En una muestra de la emergencia del país, los dirigentes decidieron introducir la vacunación obligatoria contra el Covid-19 para el personal de hospitales y residencias de personas mayores, algo que el Gobierno de Angela Merkel se había negado a hacer anteriormente.
Pero aún no está claro el calendario de aplicación de esta medida.
«La vacunación es y sigue siendo la salida a la pandemia», insistieron las autoridades alemanas, instando a los indecisos a ser «solidarios» y a dar el paso.
La vacunación acabará siendo obligatoria para los futbolistas profesionales, precisaron.
En Alemania, sólo el 67,8% de la población está totalmente vacunada, según las últimas cifras del RKI.
La rápida aplicación de estas medidas depende todavía de la aprobación el viernes por el Bundesrat, la cámara alta del parlamento, de una nueva ley epidemiológica, que establece el marco legal.
La ley, redactada por el SPD, los Verdes y los Liberales, fue aprobada el jueves por el Bundestag tras un tormentoso debate, en el que los conservadores consideraron el texto «insuficiente» para combatir eficazmente la pandemia.