Los días turbulentos que vivió la esfera política austríaca tuvieron su desenlace este viernes luego de que Karl Nehammer, quien era el actual ministro del Interior, fuese designado como nuevo canciller federal –deberá reafirmarlo el presidente Alexander van der Bellen- y líder del Partido Popular Austríaco (ÖVP).
Karl Nehammer asumirá en reemplazo de Alexander Schallenberg, quien dimitió el último jueves después de reemplazar a Sebastian Kurz en octubre. Este último dejó el cargo por acusaciones de corrupción que lo perseguían y, posteriormente, también dimitió a su rol como líder del espacio y portavoz parlamentario. El nuevo canciller fue elegido unánimemente por los directores del partido.
En sus primeras manifestaciones en el puesto, Nehammer aseguró que la intención continúa siendo mantener la línea trazada por el ÖVP en la coalición de Gobierno junto a Los Verdes. Además, dejó en claro que persistirá la dura línea de control migratorio y avanzar en la reforma fiscal contemplada para aminorar la carga impositiva de los que menos ganan.
También enfatizó en la lucha contra el cambio climático, un tema que preocupa a los grandes líderes del mundo. Entretanto, también manifestó que la idea es desarrollar la estrategia contra la pandemia que contempla la vacunación obligatoria a partir de febrero. Austria tiene una de las tasas más bajas de personas inmunizadas y eso propició una dura llegada de la cuarta ola en las últimas semanas.
En otro orden, Nehammer adelantó que Schallenberg regresará al lugar de ministro de Exteriores, rol que desempeñó hasta octubre cuando debió asumir la cancillería federal en lugar de Kurz. Además, aseguró que habrá cambios al frente de ministerios importantes como el de Finanzas, Educación e Interior.
Schallenberg renunció a la cancillería porque no deseaba asumir la presidencia del ÖVP, algo que debía hacer luego del retiro de Kurz. “No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de líder del Partido Popular”, apuntó.
Kurz se aleja de la política acosado por las causas de corrupción
Aunque era considerado el “niño prodigio” de los democristianos europeos por su meteórico ascenso, Kurz le pone punto final a su carrera política, al menos por ahora. Figura dominante austríaca en la década, el jueves anunció su retiro por estar apuntado en acusaciones de corrupción que lo obligaron a dejar la Cancillería en el último octubre.
Secretario de Estado con solo 24 años, ministro de Exteriores a los 27 y jefe de Gobierno con 31, el currículum que ostenta Kurz no es común para alguien de su edad. A pesar de renunciar a su rol de canciller, continuaba siendo el presidente del Partido Popular y el portavoz parlamentario.
Sin embargo, este jueves anunció sorpresivamente su renuncia, pese a que la idea era dar un paso al costado momentáneo para salvar a la actual coalición, pero la presión de la Fiscalía anticorrupción y su investigación modificaron el panorama.
“Siempre lo he hecho lo mejor posible, pero he tomado decisiones equivocadas. Ni soy un santo ni un delincuente, soy una persona con fortalezas y debilidades”, afirmó Kurz al cerrar su etapa en este ámbito.
Por último, manifestó que las acusaciones contra él le cortaron el entusiasmo y la pasión por la política, pese a contar con un masivo apoyo de la ciudadanía, alegando que es víctima de una persecución por parte del sistema judicial. Su futuro estará ligado a la actividad privada.