El líder norcoreano Kim Jong-Un fue citado por el diario ‘Rodong’ pronunciando el viernes un discurso inusitadamente exento de alusiones a su programa nuclear o a los conflictos con Estados Unidos o Corea del Sur, durante su alocución ante la sesión de cierre de la reunión plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores.
Luego de 10 años en el poder, que heredó tras la muerte de su padre Kim Jong-Il, el mandatario centró su atención en la recuperación de la economía, cuya situación se ha agravado luego de dos años de autoaislamiento aún más pronunciado de lo habitual, como consecuencia de la pandemia.
Kim presentó sus planes para impulsar una «agricultura exitosa», basada en el desarrollo rural. «La política de construcción rural de nuestro partido pasa por convertir en un futuro próximo todas las aldeas rurales del país en localidades idealmente prósperas y socialistas en un nivel similar al de la ciudad de Samjiyon», aseguró el líder de Pionyang, quien no dio ninguna señal de estar dispuesto a revertir el estricto cierre de fronteras, principal arma de lucha contra el Covid-19.
Corea del Norte rechazó las vacunas contra el Covid-19 ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud a través del mecanismo Covax, y el viernes en su discurso Kim recalcó el éxito de la cuarentena para contener la pandemia, y se refirió a su reforzamiento como «primera prioridad nacional».
Kim describió la necesidad de reimpulsar la economía como una «gran lucha entre la vida y la muerte» e invitó a tomar medidas para mejorar la vida de la gente.
Sin embargo, luego de que en enero de 2021 reconociera que el país enfrentaba «la peor situación de su historia» tras el fracaso reconocido de los anteriores planes de desarrollo, esta vez proclamó que el que terminó fue «un año de gran victoria».
Una serie de tifones en los últimos años han acabado con cosechas enteras, lo que, aunado al recrudecimiento del aislamiento, hace temer a organizaciones internacionales de ayuda por una eventual crisis alimentaria.
Un discurso sin referencias a EE.UU ni a Corea del Sur
El discurso, sin embargo, no obvió el tema armamentista. «El ambiente de creciente inestabilidad en la península coreana y en la política internacional ha instigado llamados a avanzar vigorosamente y sin demora con los planes que hemos diseñado para la defensa nacional», reportó el diario, parafraseando a Kim, sin citarlo textualmente.
El líder exigió «absoluta lealtad» de los militares del país al gobernante Partido de los Trabajadores, que él encabeza, y ordenó la elaboración de armas «poderosas y modernas» para optimizar su capacidad de respuesta militar.
Sin embargo, no hizo alusión a ninguno de los conflictos internacionales que Pionyang mantiene tradicionalmente, lo que según analistas revelaría su desinterés en las propuestas de Washington de retomar los diálogos sobre desarme y de Seúl, de declarar oficialmente el fin de la guerra de Corea, que se desarrolló entre 1950 y 1953.