Por: Andrés Martínez Olave/ La hambruna es una condición humana prolongada y generalizada de no consumir alimentos por largos periodos de tiempo que afecta a millones de personas en el mundo, con graves consecuencias a la vida de los más vulnerables como son niños, mujeres, ancianos y personas con menores recursos.
En los últimos años, el hambre se ha extendido entre las poblaciones desplazadas de países como la República Árabe Siria, Líbano, Afganistán, Yemen, Nigeria, entre otros. Un número cada vez mayor de personas refugiadas y solicitantes de asilo pasan hambre.
De los más de 7.000 millones de personas que vivimos en este planeta, más de 820 millones de personas pasan hambre y unos 2.000 millones sufren su amenaza. Es un estado de emergencia que requiere una acción inmediata por la crisis alimentaria, ya que en algunos países las tasas de desnutrición aguda en niños superan el 10% de la población.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la hambruna se debe a la carencia grave de alimentos, que casi siempre afecta un área geográfica grande o un grupo significativo de personas.
La consecuencia de este problema es, generalmente, la muerte por inanición de las personas que la sufren, que viene precedida por una grave desnutrición.
Pero al mismo tiempo existen distintos causantes los cuales hacen que esto suceda, entre esos la guerra, los conflictos armados y los conflictos político sociales.
Los conflictos armados: Una de las tantas consecuencias de los conflictos armados es la pérdida de las cosechas. Las guerras impactan intensamente en los países en conflicto produciendo crisis alimentarias debido a la destrucción de cultivos, y los agricultores deben abandonar las siembras siendo desplazados a otras regiones, también se bloquean las vías de acceso a las zonas de siembra.
Los conflictos político-sociales: La globalización afecta enormemente a la producción de alimentos. Altos precios en los cereales conllevan a que millones de personas en el mundo no puedan adquirir productos alimenticios, ocasionado crisis alimentarias en los países menos favorecidos.
La desigualdad social, como otro de los factores importantes en la producción de alimentos, contrasta enormemente en la producción alimenticia, ya que grandes extensiones de tierra en pocas manos de terratenientes impiden el acceso a las mejores tierras de cultivo para los más necesitados impidiendo realizar cultivos de subsistencia.
Hoy en día, se habla de que Colombia entra a ser parte de este selecto grupo, la FAO en el reciente estudio lo indica y cabe resaltar que, si entramos a un análisis profundo, venimos en una guerra de más de 50 años que aún no termina.
Muy bien se explica que las causantes para que esto se origine es la guerra o el conflicto, y Colombia lo tiene; y ahora como se pretende a decir que ¿no? Últimamente lo que ha venido sucediendo en el país lo indican como falso, mentiroso y que la noticia no tiene fuente de información.
Entre esos temas están, los asesinatos a lideres sociales, la muerte de personas que marchan por el no estar de acuerdo de los incrementos o “reformas” que el gobierno inventa o en su mayoría legislan nuestros actuales representantes en horarios de la madrugada.
Entonces, porque ahora la señora canciller o en su defecto vicepresidenta dice que la FAO, ¿se retracte frente a este estudio realizado de pobreza extrema? Y es muy sencillo para muchos responder las elecciones que se avecinan o en su defecto tapar el sol con un dedo (la realidad) de lo que realmente es Colombia.
Aunque Colombia no es solo pobreza, también es riqueza, sino viajemos a los Santanderes, a los llanos orientales, a la amazonia, a la Orinoquia, al eje cafetero, entre otros y vemos la riqueza natural que tenemos y que lo que se hace es crear y dañar lo que Dios nos brinda.
También cabe resaltar que, si somos analíticos Colombia, siempre ha tenido pobreza en el choco, en la guajira o en su defecto el desplazamiento forzado realizado por los grupos armados. Pero ajá, todo esto se debe a los manos gobiernos que se han venido desarrollando en la historia de nuestro amado país.
Entonces, ¿está en nuestras manos cambiar el país? Así es, solo en nuestras manos está el cambio, por medio de acciones, apoyos, ayudas, solidaridad real y menos críticas.
Yo creo en una Colombia sostenible, innovadora y renovada, ¿y tú lo crees?
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