Un aparente gesto de buena voluntad de Caracas hacia Washington. Gustavo Cárdenas y Jorge Fernández, dos ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela fueron liberados.
Cárdenas es uno de los seis ejecutivos de Citgo Petroleum Corporation, filial de la estatal venezolana PDVSA, arrestados en 2017 y condenados por cargos que según el Gobierno de EE. UU. fueron fabricados.
Las acusaciones estuvieron derivadas de un plan nunca ejecutado para refinanciar unos 4.000 millones en bonos de Citgo ofreciendo una participación del 50% en la empresa como garantía. Los fiscales señalaron a los hombres de maniobrar para beneficiarse del acuerdo propuesto.
Entretanto, Fernández fue detenido en 2021 cerca de la frontera con Colombia luego de que se le encontrara en posesión de un dron, cuyo uso está restringido en Venezuela. Fue acusado de terrorismo, algo que la Casa Blanca describió como “cargo espurio”.
“Esta noche, dos estadounidenses que fueron detenidos injustamente en Venezuela podrán volver a abrazar a sus familias”, señaló el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado.
EE. UU. presionó por su liberación al señalar que no tuvieron un juicio justo.
El giro de las relaciones entre EE. UU. y Caracas ante la guerra en Ucrania
Si bien Washington aseguró que las liberaciones se produjeron tras meses de intervención del enviado presidencial de EE. UU. para asuntos de rehenes, Roger Carstens, previamente los estadounidenses vieron frustrado su retorno a la libertad.
Finalmente han logrado regresar a su país en momentos en que Washington y Caracas buscan acercamientos, especialmente en torno a asuntos energéticos, luego de que Biden anunciara que su Gobierno deja de comprar combustible a Rusia por la guerra lanzada en Ucrania.
Carstens hizo un viaje a Venezuela el pasado diciembre que no resultó en la liberación inmediata de los detenidos. Sin embargo, el enviado especial regresó a Caracas el fin de semana junto a otros funcionarios de la Administración Biden, incluido Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, y el embajador James Story, quien dirige la Unidad de Asuntos de Venezuela del Gobierno de EE. UU. en la vecina Colombia.
Estados Unidos la describió como la primera visita a Venezuela de un funcionario de la Casa Blanca desde que Hugo Chávez dirigió el país a fines de la década de 1990, y una inusual oportunidad para discutir temas de política con el Gobierno de Maduro.
Las discusiones del fin de semana también se produjeron poco más de tres años después de que Estados Unidos rompiera relaciones con Maduro y reconociera al opositor Juan Guaidó como el líder legítimo de Venezuela.
Gonzalo Himiob, abogado y vicepresidente de la ONG Foro Penal, afirmó que se debe celebrar el fin de una detención arbitraria, pero advirtió sobre las consecuencias que puede traer un acuerdo como el que llevó a la liberación de Cárdenas y Fernández.
“La liberación de cualquier preso político, cuando surge de un acuerdo entre actores políticos y no del respeto, confirma que desde un principio los motivos de la detención no fueron ni legales ni válidos, sino políticos y, en consecuencia, arbitrarios y contrarios a los derechos humanos”, subrayó Himiob.
Sube el precio del crudo y se reconfiguran las relaciones globales
El ímpetu para acercarse a Maduro, quien ha sido sancionado y está acusado en Nueva York por cargos de narcotráfico, adquirió mayor urgencia luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las consiguientes sanciones de Estados Unidos.
El conflicto en territorio ucraniano promete reorganizar las alianzas globales y sumarse al aumento de los precios de la gasolina que impulsan la inflación que ya está en su nivel más alto en cuatro décadas.
Venezuela es el principal aliado de Putin en América Latina y uno de los principales exportadores de petróleo. Su reingreso a los mercados energéticos de EE. UU. podría mitigar las consecuencias en el golpe de un posible embargo petrolero a Rusia.
No obstante, los acercamientos con Caracas fueron rápidamente condenados por varios senadores demócratas y republicanos, así como por la oposición venezolana.