Por: Jorge Armando Jaimes Soto/ El consumidor es en su esencia un ser irracional, ya que las decisiones que este toma deben ir ligadas a la libertad de escogencia, pero la escogencia hace parte de nuestro diario vivir, todos los días vivimos eligiendo cosas, eligiendo caminos, eligiendo personas, eligiendo en que gastar dinero, etc.
Cuando el consumidor entra a un lugar donde hay diversos objetos, donde sobresalen los tamaños, sabores, olores y demás cuestiones, es donde entra la tarea más difícil para el demandante, ya que este puede tener claro el motivo por el cual visito dicho lugar, es más, puede tener claro lo que va comprar, el tamaño, el color, e inclusive sabe lo que el objeto cuesta, y lleva consigo el dinero necesario, el sujeto debe escoger lo que mejor satisfaga sus necesidades o su placer, pero buscar un menor costo, y esta es la decisión más dura del humano.
Analizando el comportamiento del consumidor diferenciando las mujeres de los hombres, así el lector podrá poner en tela de juicio las afirmaciones que aquí se expongan mediante la praxis personal.
Las mujeres a la hora de decidir o de elegir una cesta de consumo son más racionales, pero tardan mucho en conseguir dicha cesta, podríamos afirmar que la mujer desde que sale de su hogar, sabe lo que va a comprar, y no detiene su apetito de consumo hasta no conseguir lo que busca, aunque esto le cueste horas interminables y más dinero, una mujer tiene claro su cesta de consumo y busca esa prenda del mismo color, tamaño y si puede del mismo precio que la vio anteriormente, es más, no descansa hasta no conseguirla y no se conforma con una prenda similar, inclusive aunque su precio este muy por debajo de la prenda que ella quería.
Persuadir a una mujer intentando cambiar su cesta de consumo es una de las tareas más difíciles, la cual asumen los vendedores que hacen esfuerzos sobre humanos para que esta dama cambie de parecer y consuma algo que no necesita, pero a simplemente es beneficioso para ella.
Por otro lado el hombre a la hora de consumir es más fácil de engañar y suele cometer errores que al final no satisfacen las necesidades, crearle necesidades a un hombre es mucho más sencillo que a una mujer, ya que en varios escenarios hemos podido ver que el hombre es más irracional que las mujeres, ya que las preferencias de los caballeros son preferencias débiles, caso diferente a una mujer que sus preferencias son estrictas, cuando un hombre desea obtener una cesta de consumo, no es tan quisquilloso a la hora de escoger y mezclar sus preferencias de tal manera que sea fácil la escogencia, pero dicha facilidad y parsimonia lo lleva a minimizar su bienestar y a comportarse como un ser irracional.
El hombre entra a un almacén de ropa sin necesidad de comprar nada, al cabo de unos 20 min termina comprando cosas que no son prioridad y que claramente no maximizan su bienestar o por lo menos no lo mantienen estable.
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