Todas las propuestas de regulaciones en el mercado buscan alterar en menor o mayor medida el consumo de determinados productos.
Por: Roberto Aponte/ Los engranajes de la sociedad y de las rutinas de cada individuo son alimentados por recursos y energía que son consumidos. La administración de estos elementos rige el mundo y causan diversos impactos y algo mayoritariamente percibido son las afectaciones al medio ambiente. Si bien pueden demostrarse científicamente la proporción de los daños y qué acciones y objetos los ocasiona, lo que termina contando es el conocimiento que tiene la gente sobre los impactos al medio ambiente y sus comportamientos en respuestas a este.
Cualquier consumidor puede conocer con detalle el ciclo de vida de cualquier acción o elemento presente en su vida o ser responsable con los productos que compra. No obstante, la realidad es que a pesar de los impactos positivos que generamos individualmente, no es una tarea que podamos realizar solos y mucho más cuando existen incluso países enteros, empresas y organizaciones que se niegan a comprometerse con las causas medioambientales.
Las acciones positivas generan buen ejemplo y existen estímulos para realizarlas. Sin embargo, cuando se trata de crear acciones grupales se requiere de promociones y labores de concientización, pero es necesario ser conscientes de que no serán cambios de la noche a la mañana, más bien todas las labores de cambios en el consciente colectivo deben estipularse a largo plazo.
Podría hablarse de cambios de paradigmas como aquella transición que permite la mejora de las sociedades, pero la banalidad es parte de nuestro ser y muchos ya requieren productos más allá de lo que se considera necesario para vivir.
El posicionamiento en el mercado consiste en como una marca o producto afecta la percepción del consumidor. Este concepto permite entender los matices psicológicos de como percibimos la realidad de lo que consumimos, porque si bien existen decisiones individuales, también hay impresiones muy arraigadas en la sociedad.
Todas las propuestas de regulaciones en el mercado buscan alterar en menor o mayor medida el consumo de determinados productos. Lo que debería regir en el mercado cuando se trata de cualquier producto es la calidad, no solo con la experiencia de usuario sino también en aspectos que indiquen menores impactos negativos en el análisis de ciclo de vida. Cuando la calidad es lo que más importa, los productos generan mayor bienestar en los compradores y muchas empresas se vuelven más competitivas, pero no siempre es el caso.
Primero es necesario estipular los criterios de calidad como aspectos de menor impacto en el ciclo de vida y un ejemplo de esto es con el transporte, además de los impactos de emisiones en el traslado de bienes por todo el mundo, muchos de estos tienen productos químicos conservantes, aunque su valor se discute por otras características.
Una forma de solucionar esta problemática es fomentar el consumo local, pero con la sola promoción no basta, primero por qué deben priorizarse labores que hagan el producto más competitivo, no solo con labores de tecnificación que mejoran los aspectos relacionados con la producción sostenible, ya que muchas veces no es lo único que influye en la decisión y la incidencia en la compra es un factor clave en la competencia.
La apariencia del producto es lo que muchas veces llama la atención del comprador y esta característica ha influenciado en la toma de decisiones para regular estos bienes y un ejemplo de esto son varios requisitos que buscan hacer los alimentos altos en azucares menos atractivos para los niños.
La anterior causa también demuestra la influencia de la publicidad en el consumo. RedPapaz ha tenido una constante campaña para permitir que se identifique con facilidad la comida chatarra, demostrar sus impactos en la salud y así velar por el bienestar de los niños.
Otro ejemplo, son las campañas publicitarias de PorkColombia que han demostrado el fortalecimiento y crecimiento del gremio porcícola. Sus comerciales son pegajosos y se me quedan en la cabeza y además existen evidencias claras de calidad en empresas de ese sector a tal punto que estuve a poco de hacerles la pauta comercial.
Hacer que algo este posicionado en la mente colectiva, es la mejor forma de hacer que un producto o una causa tenga éxito, aunque sea una labor que muchas veces demuestra sus frutos a largo plazo. Más que propender a la acción o a la prevención, lo que necesitamos es entender las dinámicas de este mundo y así tomar decisiones más efectivas y acordes a lo que sea mejor para la sociedad, o al menos reconocer aquellas ideas que ya se han arraigado en nuestra mente.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories