Con el 93,4% de los votos contados, el líder del Partido de la Coalición Nacional (NCP), Petteri Orpo, se adjudicó la victoria en las elecciones parlamentarias del país nórdico. Aunque horas antes se dibujaba un escenario reñido, luego de que la oposición lograra más de 48 de los 200 escaños del Parlamento, la premier finlandesa Sanna Marin admitió su derrota públicamente.
La izquierda y el centro perdieron sus opciones en estas elecciones, el país se vuelca a la derecha política y el parlamento de Helsinki estaría cerca de nombrar a su próximo primer ministro tras los desaciertos que opacaron la popularidad del Gobierno de los socialdemócratas.
«Mi partido ha ganado apoyos y tenemos más representantes en el Parlamento, así que, como líder del partido, estoy muy contenta», dijo Marin ante la prensa internacional en una de sus primeras reacciones durante las elecciones.
“Tenemos el mandato más grande”, dijo Petteri Orpo del NCP cuando reclamó los 48 escaños que su partido había ganado, frente 46 del Partido Finlandés, el Partido Nacionalista y Anti-Inmigración y 43 escaños en el Partido Socialdemócrata.
En Finlandia, tradicionalmente el que tenga la mayoría en el Eduskunta, el Parlamento del país es aquel que queda como responsable de formar Gobierno tras negociaciones con las otras partes.
«Creo que el pueblo finlandés quiere un cambio y ahora abriré negociaciones con todos los partidos para formar Gobierno», afirmó un Orpo.
Con este resultado, la salida de la premier Marin llega luego de que su gestión financiera opacara sus victorias cuando asumió las riendas del país en 2019.
A la premier socialista se le aplaudió por su gestión durante la pandemia del Covid-19 y su posición política cuando estalló la guerra en Ucrania; pero con una deuda pública que ronda el 73% del PIB, una economía cerca de la recesión y niveles inflacionarios que en febrero alcanzaron el 8,8% interanual, trajo consigo el apoyo de la población por el otro extremo político, la derecha.
Por su parte, el derechista partido NCP, quien lideró las encuestas desde el principio, ha prometido recortar el gasto público para reducir la deuda del país y hacer que la inflación llegue a menos del 3% como estaba antes del saliente Gobierno.
Entrada de Finlandia a la OTAN
Los ojos de la comunidad están en el país nórdico no únicamente por su nueva conformación de Gobierno, pues el 30 de marzo la prensa internacional documentaba cómo ahora se facilita el ingreso de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) luego de que Turquía, país miembro de la Alianza, levantara su veto para que este trámite llegara a término.
El Parlamento de Ankara accedió a la solicitud de adhesión de Finlandia luego de que el presidente Recep Tayyip Erdogan hubiera dado luz verde a mediados de marzo y tras el visto bueno de la comisión parlamentaria turca de Relaciones Exteriores en el mismo mes.
El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, agradeció en un comunicado a los 30 países miembros de la Alianza por aceptar su candidatura y dijo que su país “será un aliado fuerte y capaz, comprometido con la seguridad de la OTAN».
Finlandia, país de la Unión Europea que comparte la mayor frontera terrestre con Rusia -unos 1.300 kilómetros- con el paso del tiempo ha cambiado su histórica postura de neutralidad ante los conflictos bélicos.
Con el conflicto en Ucrania, los candidatos parlamentarios hablaron de propuestas para apoyar militarmente a Kiev y ser un socio estratégico de Occidente en una zona clave que llama la atención de Moscú.
El interés de los políticos de Helsinki por involucrarse en la batalla entre Rusia y Ucrania también despertó la atención de los finlandeses y encuestas locales cifraron que cerca del 80% de la población está de acuerdo con el el próximo Gobierno apoye la inclusión del país a la Alianza Atlántica.
Ahora, con la ratificación de Turquía y Hungría para que Finlandia ingrese al bloque, los documentos deben ser enviados al Gobierno estadounidense para su aprobación, pues Estados Unidos es el líder de la organización militar.
De ser todo aprobado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg podrá llevar a cabo la invitación formal a Helsinki y, por último, el Gobierno finlandés podrá entregar su «instrumento de adhesión», un documento oficial, al Departamento de Estado de Estados Unidos.
Una vez pase toda esta documentación y Finlandia sea oficialmente miembro de pleno derecho, el país nórdico podría beneficiarse del artículo 5 del tratado que reza que los Estados miembros deben actuar en defensa mutua en caso de cualquier ataque contra alguno de los miembros.
Sin embargo, uno de los puntos que más interesa a Occidente teniendo en cuenta la tensión geopolítica actual, es poder proteger la zona del Mar Báltico teniendo a Finlandia como socio militar, pues así podría entrar en defensa de países como Estonia, Letonia y Lituania, de una posible avanzada rusa.
No obstante, todavía queda por verse si una vez dentro, Finlandia desea tener tropas y armamento de la OTAN en su frontera con Rusia, pues analistas ya han previsto que el país podría tomar la postura de Noruega y no acceder a tener uniformados de la Alianza de forma permanente en su territorio.