Este martes, un alto funcionario de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dimitió de su cargo ante lo que calificó como «el fracaso de la ONU» en los Territorios Palestinos. Se trató de Craig Mokhiber, quien hasta hoy fue el director de la Oficina de Derechos Humanos en Nueva York.
En la carta —que se filtró en medios de comunicación—, Mokhiber asegura que Naciones Unidas recibe “enormes presiones para transigir sus principios humanitarios”. Y lanzó una potente crítica en contra de la imposibilidad de acción del organismo. “Una vez más, asistimos al desarrollo de un genocidio ante nuestros ojos, y la organización (ONU) a la que servimos parece no poder detenerlo”, aseguró Mokhiber. Y agregó: «En Gaza, se ataca gratuitamente a viviendas civiles, escuelas, iglesias, mezquitas e instituciones médicas, y se masacra a miles de civiles«.
Se trata del más reciente hecho que hace tambalear a la organización, después de semanas cargadas de tensión sobre su papel en el conflicto de Israel contra Hamás. Su capacidad de mediar ha sido fuertemente criticada y puesta en duda desde que el conflicto escaló el pasado 7 de octubre. Y todavía crecen las dudas sobre la posibilidad de ser determinante para apaciguar una crisis mayor.
Enrique Olivares, abogado especialista en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales e Investigador del área de Medio Oriente de la Universidad de Buenos Aires, afirmó que “en este conflicto, Naciones Unidas ha actuado a partir de las limitadas capacidades que ostenta el secretario general y de las oficinas y organismos especializados de la ONU, buscando, sobre todo, generar pasos humanitarios o atender a la población palestina que sufre hoy con mayor intensidad los efectos de los bombardeos”.
Como una medida de acción dentro del campo de operación de la ONU, el pasado viernes la Asamblea General de las Naciones Unidas votó para emitir una resolución no vinculante frente al conflicto entre Israel y el grupo islamista Hamás. ¿Qué se decidió? La necesidad de una tregua humanitaria entre las partes y la exigencia del acceso de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, víctima de un asedio israelí que ha cobrado la vida de más de 8.000 personas.
La resolución, redactada por los estados árabes, contó con una votación final de 121 votos a favor y 44 abstenciones. Entre los países que dieron su negativa están Israel y Estados Unidos.

Sobre la abstención de los Estados en la votación, Oliveros afirmó que “esto evidencia, a diferencia del caso ucraniano, que los países tienen más recelo de adoptar posiciones al respecto, sobre todo por la complejidad histórica del conflicto que ha generado siempre divisiones en las posiciones estatales”.
La resolución ocasionó posiciones divergentes. Israel cargó —de nuevo— contra la organización y deslegitimó su rol y relevancia. El embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, señaló además a quienes votaron a favor de preferir apoyar “la defensa de los terroristas nazis” en vez de soportar a su país.
«Esta ridícula resolución tiene la audacia de pedir una tregua. El objetivo de esta resolución de tregua es que Israel deje de defenderse ante Hamás, para que Hamás pueda prendernos fuego», afirmó Erdan en la Asamblea General después de la votación.

En contraste, el enviado palestino ante la ONU, Riyad Mansour, afirmó que la resolución “envía a todos el mensaje de que ya es suficiente». «La guerra tiene que parar, la matanza contra nuestro pueblo tiene que parar y la asistencia humanitaria debe comenzar a entrar en la Franja de Gaza”, sentenció.
La votación de la Asamblea General se dio luego de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no lograra llegar a un consenso tras reunirse en cuatro ocasiones desde la escalada del conflicto. Esto se explica por las repetidas negativas de sus miembros con derecho al veto, entre los que se encuentra Estados Unidos y Rusia.
A diferencia de la resolución a la que llegó la Asamblea General, una determinación por parte del Consejo de Seguridad habría elevado el accionar de la organización. Sin embargo, como ya ha pasado en otros conflictos, estos vetos han limitado el papel de la ONU.
Tal como afirma Oliveros, “en virtud del Capítulo VII de la Carta de San Francisco, el Consejo de Seguridad es el único órgano de esta organización internacional que detenta la capacidad de decidir y ejecutar acciones o medidas para el restablecimiento de la paz y seguridad internacional, que impliquen o no el uso de la fuerza”.
Así pues, las resoluciones emitidas por la Asamblea General, al ser de carácter no vinculante, no disponen de instancias legales que, por ejemplo, le exijan a Israel detener su asedio contra la Franja de Gaza. Y, por lo tanto, condicionan su capacidad de agencia.
En mayor medida, la ONU ha buscado mantenerse presente con el paso de los años en el histórico conflicto gracias sus agencias, como lo son la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la UNESCO, UNICEF y la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Medio Oriente (UNRWA). Unas que ahora viven con la amenaza de tener que poner fin a sus acciones humanitarias debido a las escasas garantías de seguridad en la Franja de Gaza.
Los lazos rotos entre la ONU e Israel
Desde el sorpresivo ataque de Hamás a Israel y las represalias de Israel a la Franja de Gaza, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre el conflicto. Y elevado el tono.
Este martes, Guterres hizo nuevamente un llamado a la protección de los civiles que están en medio de los enfrentamientos, y recordó a las partes en guerra la necesidad de proporcionalidad y precaución. «La protección de los civiles de ambos bandos es primordial y debe respetarse en todo momento», afirmó en un comunicado. En paralelo, señaló que «el derecho internacional humanitario establece normas claras que no pueden ignorarse. No es un menú a la carta y no puede aplicarse selectivamente».
Previo a sus declaraciones de este 31 de octubre, el secretario general de la ONU afirmó el pasado sábado que estaba sorprendido por la escalada en los bombardeos de Israel a la Franja de Gaza, al tiempo en que instó a un cese el fuego inmediato para el acceso de ayuda humanitaria.
«En los últimos días, me sentí alentado por lo que parecía ser un creciente consenso en la comunidad internacional… sobre la necesidad de al menos una pausa humanitaria en los combates», aseguró Guterres en un comunicado. Pero añadió: «Lamentablemente, en lugar de la pausa, me sorprendió una escalada sin precedentes de los bombardeos y sus impactos devastadores, socavando los referidos objetivos humanitarios».
Las declaraciones de los últimos días de Guterres han generado tensión con Israel. La semana pasada, el secretario general de las Naciones Unidas afirmó que el ataque de Hamás a Israel del pasado 7 de octubre “no surge de la nada” y que obedece a “56 años de ocupación”. En respuesta, el ministro de Exteriores israelí solicitó la dimisión de Guterres de su cargo.
UN Secretary-General Antonio Guterres says Palestinians have been subjected to 56 years of suffocating occupation, adding it is important to recognise that attacks by Hamas did not happen in a vacuum pic.twitter.com/cKIVcdejJk
— TRT World Now (@TRTWorldNow) October 24, 2023
Por su parte, el embajador de Israel para Naciones Unidas, había asegurado que comenzaría la implementación de la suspensión de visados para el personal de la ONU. En relación con ello, Oliveros afirmó que esa decisión «demuestra la intolerancia del Gobierno de Netanyahu a la discusión en el ámbito de Naciones Unidas sobre la legalidad o ilegalidad del accionar israelí, o a la discusión sobre las medidas que se fomentan tomar para evitar un desastre humanitario mayor».
Al tiempo, para el experto, la negación del visado complica «la situación desde el punto de vista diplomático» puesto que Naciones Unidas, desde su campo de acción en los territorios en conflicto, es un “catalizador en la posibilidad de mediación en este conflicto, y el efecto de denegar el ingreso parece buscar el efecto contrario, es decir, evitar la presencia internacional en la escena”.