Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Es importante y un poco irónico conocer y reconocer que estamos en una sociedad donde el 20% de la población mundial posee el 90% de las riquezas -algunas cifras propuestas por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo- más de mil millones de seres humanos viven con menos de un dólar por día, 2.800 millones de personas, es decir, cerca de la mitad de la población mundial, viven con menos de 2 dólares por día, 448 millones de niños sufren de bajo peso, 876 millones de adultos son analfabetos, de los cuales dos terceras partes son mujeres, cada día 30.000 niños menores de cinco años mueren de enfermedades que podrían haber sido evitadas, más de mil millones de personas no tienen acceso al agua potable, cifras que logran mantener un cordón de pobreza imparable en la sociedad.
Lo que significa que “salir adelante” para este 80% de la población implica varios aspectos; Abraham Maslow nos habla en su pirámide de necesidades sobre la “jerarquía de las necesidades humanas” y expone cinco categorías: “1. Fisiológicas, 2. Seguridad, 3. Afiliación, 4. Reconocimiento y 5. Autorrealización”; cinco formas de una teoría psicológica que inquiere acerca de la motivación y las necesidades del ser humano: “Aquello que nos lleva a actuar tal y como lo hacemos”.
Ahora bien si lo abordamos desde el concepto sobre “salir adelante”, ¿cómo sería el abordaje? La respuesta seria: Contar o haber contado con una familia que haya logrado brindar a sus hijos las respectivas categorías una a una, escalonadamente brindando la oportunidad y la posibilidad de estar en ese 20% de la población, Maslow “defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados”.
Es así que si cubrimos las necesidades fisiológicas, que son vitales para la supervivencia y seguidamente cubrimos las necesidades de seguridad, como lo es la seguridad física, de empleo, de ingresos y recursos, familiar, de salud, seguimos subiendo y pasamos a la necesidades de afiliación, donde el amor, el afecto y la pertenencia o afiliación a un cierto grupo social es fundamental, podemos decir que subimos la categoría cuarta donde las necesidades de reconocimiento, eleva nuestra estima y tiene que ver con el modo en el que nos valoramos nosotros y nos valoran los demás y solo así podemos llegar a las necesidades de autorrealización, siendo el desarrollo de las necesidades internas, el desarrollo espiritual, moral y la búsqueda de una misión en la vida y la ayuda desinteresada hacia los demás.
Entonces “salir adelante” es tener la oportunidad de llegar a la quinta categoría, estudiar 25 años promedio para alcanzar una carrera profesional y lograr “salir del montón” claro está, ingresas a otro “montón” aunque más pequeño, pero puedes decir que elevas “tu categoría” el punto es, ¿qué pasa con las personas que no tuvieron la opción de crecer en una familia con estas características? ¿Entonces no tienen la opción de salir adelante? La respuesta es sí, depende del deseo y la actitud que tengamos en la vida, si entendemos que con disciplina, perseverancia y resistencia ante las dificultades del contexto podemos lograr nuestros sueños, claro está que con metas y objetivos claros.
¡Si podemos salir adelante!
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