Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Yo siempre he creído que, en Colombia, podemos cambiar la política para que cumpla la positiva misión que debe desempeñar en cualquier sociedad. Nos guste o no, todo tiene que ver con la política, que es el recurso más efectivo para regular las relaciones entre las personas y las comunidades. Comunidades como San Vicente de Chucurí.
Sólo que en Colombia, como en toda América Latina, la política terminó pervertida por personas que la convirtieron en su fuente de vida, es decir, en un negocio. Pero con voluntad y determinación, podemos cambiar la política para que cumpla la misión que le corresponde. Pues es con buena política como vamos a transformar nuestro querido municipio.
Vamos a decir: en vez de hacer dinero con la política a costa de nuestros vecinos y nuestros amigos y los campesinos que creen en nosotros, vamos a sentar las bases para una acción de progreso efectivo que nos permita mejorar nuestras condiciones de vida. Creo que todos quienes estamos aquí compartimos ese propósito, porque nos hartamos de los falsos mesías de la política que ofrecen mucho y no salen con nada, y que, para colmo—en la mayoría de los casos—se llenan los bolsillos con nuestro dinero.
A mí, la política me ganó el corazón desde que era una niña. Entendí que, si queremos conquistar cualquier meta, primero tenemos que soñarla, acariciarla en nuestra mente, darle forma en las ideas. Y, para triunfar en octubre, eso es lo que tendremos que hacer en los meses que vienen. Tenemos que construir en nuestra mente, con creatividad—con propuestas— un sueño de progreso sin antecedentes en nuestro municipio.
Un sueño, muy ambicioso, para definir la vocación que San Vicente debe tener para hacerse más competitiva en Santander y el país, diseñar un plan para fortalecer el desarrollo económico, desde la agroindustria y el turismo, por ejemplo: el sueño del turismo es posible, pero no de manera improvisada, sino desarrollado de manera técnica y persistente; crear oportunidades de trabajo para los jóvenes en general y las mujeres en particular, con el fin de que no tengan que marcharse a otros lugares del mundo; rediseñar nuestro municipio, con el fin de hacerlo más atractivo para nacionales y extranjeros; recuperar nuestra cultura, para que nunca se pierda nuestra identidad, defender el ambiente de una manera real, porque la naturaleza es y será siempre nuestro principal capital.
Ejercer un liderazgo fuerte en Santander, con ideas nuevas sobre lo que podemos hacer -en ejercicio de la buena política- desde los municipios: el poder verdadero está en las localidades y se extiende hacia arriba, porque aquí están los votos y las buenas ideas que nos permiten exigir atención para nuestras necesidades; y, finalmente, consolidar, con soluciones efectivas para la gente, una paz real y duradera.
Son muchas las cosas que podremos lograr, si comenzamos a dar forma al sueño de la transformación en este mismo momento. No debemos resignarnos a que a la alcaldía municipal lleguen personas con ideas “pasadas de moda”, que fueron útiles hace décadas, pero que ya no sirven.
Pensemos en los jóvenes, que hoy viven la era de la tecnología, del teletrabajo, de las nuevas ideas de negocios, y también de los viajes y las relaciones con el resto del mundo: esos jóvenes necesitan oportunidades de trabajo para financiar sus proyectos de vida.
En el caso de San Vicente, es hora de actuar con responsabilidad para construirle un futuro mejor, con la elección de un alcalde joven, responsable, deseoso de hacer las cosas bien. ¡Actuemos ya¡
Twitter: LaurajaimesM
Instagram: Laura Jaimes Muñoz
Facebook: Laura Maria Jaimes Muñoz