Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Desde el momento que tienes conocimiento que fuiste un contacto directo con una persona positivo a Covid-19, empieza la ansiedad generada por la enfermedad, teniendo en cuenta que “la característica principal del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es tener una preocupación y ansiedad excesivas, persistentes y difíciles de controlar sobre un número de acontecimientos o actividades …” esto de la vida cotidiana siendo la preocupación excesiva a la probabilidad o impacto real a situación temida.
Por lo tanto acceder a tomarse la prueba ya es un reto para muchas personas teniendo en cuenta que en todos los medios de comunicación en especial las ¡noticias¡ de nuestros canales nacionales las cuales llegan a todos los rincones del país y constantemente hablan en cifras de muertes y recuperados, sin tener en cuenta que la educación es fundamental, si lograrán sensibilizar a la población que el 90% es asintomática el 8% presenta síntomas fuertes y sólo del 2% llega a un estado crítico, lograrían educar en lo que es más efectivo , las medidas de prevención no llegar a tener un contactos estrecho.
El resultado de este proceso es el temor y la confusión del manejo del virus, en un país donde la salud mental no es tomada en serio y para nada el tiempo en segundos que aportan de educación en sus horas de intervenciones no sirve en lo absoluto a bajar la ansiedad de muchas personas con patologías asociadas que pueden llegar a empeorar si se enteran que están en riesgo de padecer Covid-19 pues lo único que conocen de manera inmediata es que la “muerte es segura, cuando presentan comorbilidades como la hipertensión, la obesidad mórbida , la diabetes mellitus o enfermedades cardiovasculares y sí a esto le sumas las pocas habilidades de afrontamiento que pueden llegar a tener por la falta del desarrollo de éstas en su personalidad entonces la situación cambia, pues la salud mental es la base para afrontar cualquier problema de la vida.
Es así que afrontar el Covid-19 con una percepción común de una preocupación constante al no saber que pasa y en espera de una vacuna que en el fondo sabemos que sus trámites en Colombia llevarán más tiempo que en otros países, con resultados de pruebas de hasta 15 a 20 días en espera y eso si la EPS es efectiva, sumado a ello las circunstancias de la vida diaria como lo es la familia, los amigos y las relaciones interpersonales completamente obstruidas por el aislamiento y ahora bien el trabajo, el dinero , los estudios con su metodología improvisada del manejo de la casa y la salud propia donde es mejor no asistir al médico así lo necesites , porque la percepción es que puedes acudir con un dolor y no sabes si “sales” entre otras muchas más preocupaciones de una persona con pre- disposición a sufrir de eventos relacionado con la ansiedad.
“Dugas y Ladouceur, 1997 nos dicen que las preocupaciones sociales parecen tener más peso a la hora de predecir la tendencia general a preocuparse” es importante nombrar que el centro de ansiedad y preocupación no se limita a lo que es propio de otros trastornos, por ejemplo “la posibilidad de tener un ataque de pánico (trastorno de pánico), sentirse azorado en público (fobia social), contaminarse (trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (trastorno de ansiedad por separación), ganar peso (anorexia nerviosa), tener múltiples quejas físicas (trastorno de somatización), padecer una enfermedad grave (hipocondría). La ansiedad y preocupación tampoco ocurren exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático (American Psychiatric Association, 1994/1995)”.
Situaciones reales para muchas personas que conviven con estos diagnósticos, así como también para muchas personas reconocer estás enfermedades no es de importancia pues no tienen idea de la magnitud de la situación que genera estás patologías silenciosas que causan mucho dolor para quienes la padecen, para sus familias y para su entorno.
Es por estas razones y muchas otras, que el manejo de una enfermedad requiere de profesionales idóneos con capacidad para ponerse en “los zapatos del otro” con voluntad de provocar actos sinceros de bondad que en la salud no se observan pues los profesionales siguen siendo maltratados, contratados por medio de CPS que perduran en trámite o en casos trabajando en muchas ocasiones sin vínculo laboral o pagos atrasados, pero sí, en cambio exigen resultados que son proporcionados por un liderazgo mediocre el cual no es coherente con lo que muestran en sus múltiples manifestaciones de sus hazañas improvisadas.
Resistir es nuestra opción, buscar ayuda profesional, es una gran decisión, pues el manejo de la salud mental, no puede dejarse en manos de personas que hacen un curso de atención psicosocial sin conocimiento de base, sin profesionalismo, así como también la salud no puede dejarse en manos de personas sin escrúpulos que no tienen nada que perder, que ocupar un cargo es su principal misión, así tenga que “pisar” a su compañero para poder escalar, estas personas no son idóneas así su hoja de vida tenga más ¡títulos¡ que cualquier “genio” en la historia.
*Psicóloga y Especialista en Psicología Clínica y de la Salud.
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