Por: Freddy Fernando Flórez Afanador/ Al parecer la tal dinámica política si existe, a esa conclusión debe llegarse cuando se analiza el comportamiento de un gran número de personas que quieren ser protagonistas del acontecer político local, pero en especial, de quién encabeza la encuesta realizada por el Centro de Estudios Regionales (CER) sobre la intención de voto para las elecciones a la Alcaldía de Barrancabermeja en el año 2019, encuesta que arroja un 28.5% de favorabilidad al joven Jonathan Vásquez.
Esa frase de que «la política es dinámica» no es otra cosa que las decisiones frente a apoyos, acompañamientos y sobre todo, argumentación de posiciones políticas; ello se ha convertido en el reflejo de dos cosas fundamentales: 1) El interés meramente personalísimo de los candidatos y sus financiadores, y 2) De una estrategia de Marketing político (que convirtió la política, las ideas, propuestas y comportamientos sociales, en elementos de posicionamiento populista, para engañar al incauto ciudadano que se deja vender a los candidatos como un objeto del mercado a punta de mentiras).
En el año 2015 un joven hasta ese momento desconocido sorprendió a la ciudad cuando en las elecciones para alcalde alcanzó un poco más de 20 mil votos, de inmediato se convirtió en un fenómeno político, no sólo por su corta edad y su nula experiencia en la administración pública, sino más bien por su discurso marcado contra los partidos políticos a los que considera como un factor de cáncer social que no permite el desarrollo de las comunidades, y como los verdaderos causantes reales de tanta corrupción. En tal sentido, nunca ha ahorrado fuertes epítetos descalificativos contra todas las organizaciones políticas, discurso que lo condujo finalmente a aspirar a la Alcaldía de Barrancabermeja en el año 2015, aspiración que sin duda persiste y que quiere materializar de manera independiente, acudiendo a la recolección de firmas o apoyo popular, según ha manifestado reiteradamente, a pesar que se ha observado su desfile por todos los partidos políticos, el Polo Democrático, los verdes, el Partido de la U, Centro Democrático y hasta Colombia Humana; el Partido Liberal no fue necesario, su padre ha militado allá toda la vida.
Precisamente por ese supuesto discurso anticorrupción acompañó a Sergio Fajardo en su visita a la ciudad de Barrancabermeja cuando este pretendía llegar a la Presidencia de la República por el Partido Verde, fotos iban y venían. En el año 2015 respaldó también a otro independiente, Leonidas Gómez del Polo Democrático, quien aspiraba a la Gobernación de Santander, incluso fuimos testigos de una enorme simpatía mutua postelecciones y hoy es Senador de la República, pero a quien el joven no apoyó.
Admito que este joven me despertó gran interés y por ello a través de un amigo tuve la oportunidad de conocerlo y compartir con él una larga charla; en ese momento la revocatoria al mandato de Darío Echeverri iniciaba su campaña y se necesitaba trabajar en unidad. El excandidato Jonathan Vásquez había manifestado a través de sus redes sociales muy tempranamente que él respetaba la decisión del pueblo y por tal razón no participaría en la tal consulta popular revocatoria; tal situación me animó sin duda para tratar de persuadirlo frente a esa posición y en compañía del amigo en común y una buena dosis de argumentación, lo logramos… Bueno eso creía, pero al mejor estilo del chapulín colorado “todo lo tenía fríamente calculado”.
Debo confesar que el interés por el joven político me duró muy poco; personalmente aspiraba a construir una gran unidad con el propósito revocatorio, pero aquél joven manifestó de inmediato que él trabajaba sólo y nos dejó colgados de la brocha incluso antes de comenzar la campaña prorevocatoria; el desplante ya era una de sus marcas personales, ya lo había hecho en varias oportunidades con una excandidata a la Alcaldía de Barrancabermeja que se había unido al proceso revocatorio y que quería trabajar en unidad, la misma a que en la elecciones pasadas al Congreso de la República, el joven político apoyó en su aspiración a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático. Hasta el día de hoy sigo esperando una palabra, una disculpa, simplemente nunca llegó, ni la palabra, ni mucho menos la disculpa a su desplante.
En las redes sociales señaló hasta el cansancio que no le interesaba reemplazar a Darío Echeverri si éste era revocado, en cuanto su proyecto político estaba concebido o diseñado para cuatro años de gobierno y no para dos.
De todas formas se respetó su decisión de trabajar en soledad, el joven supuestamente tenía respaldo popular y sus 20 mil votos eran cruciales, los necesitaríamos para obtener la revocatoria del mandato. En la medida en que avanzaba la campaña revocatoria el joven político cambió de opinión, supuestamente debido a la solicitud de sus seguidores, ahora si estaba dispuesto a gobernar la ciudad por dos años, entonces convirtió el propósito de la revocatoria en su campaña para elegirse alcalde.
Los intereses personalísimos dieron al traste con el mecanismo de participación ciudadana de la revocatoria, el mensaje al no estar unificado se diluyó y la sed de poder condujo a que aquel monumental esfuerzo fracasara; de manera insólita por ningún lado se vieron los 20 mil votos, los votos no se endosan ni se ceden y mucho menos son manipulables.
Culminada la revocatoria el joven política continuó con su trabajo en «solitario» hasta que llegaron las elecciones parlamentarias de marzo pasado; una fuente me informó que el joven político visitó innumerables parlamentarios para ofrecerle “su caudal político”, hasta que finalmente fue reclutado por el poderoso clan político de la familia Gnecco, con dominio sobresaliente en la costa atlántica, en especial en los departamentos del César y Magdalena, quienes han afrontado muchas investigaciones judiciales de acuerdo con los medios informativos nacionales, al haber estado relacionados con grupos paramilitares y en la comisión de delitos como constreñimiento electoral, irregularidades en la contratación pública y otros tantos, incluso violentos; no se ha podido establecer los motivos por los cuales terminó allá, con la familia Gnecco y se haya olvidado de su entrañable amigo Leonidas Gómez, pero sin duda las razones debieron ser muy abultadas.
A pesar de la enorme inversión del clan Gnecco en Barrancabermeja, los resultados fueron estrepitosamente pobres, el joven político se dejó contar con sólo 1.270 votos. Con este resultado tiene medio enredado el apoyo económico del clan para su candidatura a la alcaldía, pero también es cierto que las encuestas ayudan y tal vez se animen a invertir nuevamente, por un lado para recuperar lo invertido, por otra, para buscar los supuestos 20 mil votos que tiene en el bolsillo el joven político, pero la razón más poderosa que pueden tener es por la nada despreciable suma de más de $500 mil millones de pesos anuales del presupuesto del Municipio.
La decepción tiene muchas aristas, si tenemos en cuenta que incluso apoyó a Liliana Botero de Cote a la Cámara de Representantes con el aval del Centro Democrático y dicho apoyo tampoco se reflejó en las urnas, por cuanto no es un secreto la baja votación alcanzada en la ciudad para esta candidatura. Entre otras cosas, nunca entendí la naturaleza de este respaldo del joven político si en el pasado había atacado a doña Liliana ‘hasta con el balde’.
Por último, en la campaña presidencial giró a la izquierda radical apoyando a Gustavo Petro, no sin antes haber posado con Fajardo de los verdes, por aquello de la anticorrupción; pero también apoyó a la familia Gnecco del Partido de la U, cuyo candidato a la Presidencia fue Iván Duque. En otras palabras nuestra esperanza según la encuesta apoyó a dos congresistas que le apostaban a la presidencia del Centro Democrático con su candidato Iván Duque, pero él terminó apoyando a Gustavo Petro de Colombia Humana, entonces, si llega a ser alcalde, ¿ante quién diablos va gestionar los enormes recursos que requiere la ciudad?
En términos políticos todo un salpicón, no es de izquierda, tampoco de derecha, ni de arriba, pero tampoco de abajo, entonces, ¿cuál será su ideología que le permitirá construir su programa de gobierno para Barrancabermeja?
Definitivamente, con su comportamiento errático, Jonathan le está dando la razón a quienes piensan que la juventud es igual a inmadurez e inexperiencia; ojalá algún día nos muestre en realidad que es lo que quiere hacer con la ciudad, pero sobre todo, con quienes quiere hacerlo y cómo.
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