Las acciones globales se hundían el lunes mientras que los precios del petróleo se desplomaban hasta un 33% después de que Arabia Saudita lanzó una guerra de precios con Rusia, lo que llevó a los inversores, ya conmocionados por el COVID-19, a buscar refugio en los bonos gubernamentales y el yen.
Riad golpeó a los mercados tras indicar que planea aumentar su producción significativamente tras el colapso del acuerdo de recorte de bombeo de la OPEP con Rusia, guerra por la participación que recuerda un pulso en 2014 que provocó un desplome cercano a los dos tercios en los precios del crudo.
El Brent y el West Texas Intermediate cedían hasta 14 dólares a 31,02 dólares y 27,34 dólares el barril, respectivamente. Ambos recuperaron parte de lo perdido, pero igual registraban un descenso de 23%, camino a su mayor declive diario desde 1991, cuando empezó la primera Guerra del Golfo.
Ambos recuperaron parte de lo perdido, pero igual registraban un descenso de 23%, camino a su mayor declive diario desde 1991, cuando empezó la primera Guerra del Golfo.
Las bolsas europeas sufrían grandes pérdidas en el inicio de la sesión. Las caídas de las plazas en Londres, Fráncfort y París iban de 7% a 8%.
El principal índice de Italia cedía un 11%. El gobierno ordenó que se aísle su región más rica y poblada, que incluye a su capital económica, Milán, como parte de una nueva serie de medidas para intentar contener el brote de coronavirus.
El STOXX 600 se desplomó en territorio bajista, con descensos de más de 20% desde su últimos máximos. En el sector petrolero las acciones de Premier Oil se despeñaban un 51%, con declives de 21% para BP en el inicio de la jornada.
Las operaciones de Wall Street fueron suspendidas el lunes inmediatamente después de la apertura. El S&P 500 se hundió un 7% tras su caída de 5% del domingo.
Europa seguía la senda de Asia, donde el índice amplio de MSCI de acciones de Asia-Pacífico fuera de Japón perdió un 4,4% en su peor día desde agosto de 2015, mientras que los papeles preferentes de Shanghái cedieron un 2,9%. El Nikkei de Japón cayó un 5,1%.
Los inversores llevaban el rendimiento de la deuda del Tesoro estadounidense a 30 años por debajo del 1% por suposiciones de que la Reserva Federal se verá obligara a bajar sus tasas de interés en al menos 75 puntos básicos en su reunión del 18 de marzo, tras haberlas bajado ya la semana pasada.
El número de personas infectadas con el coronavirus superó los 110.000 en todo el mundo, con 3.800 muertos por la enfermedad, en la medida que el brote llega a más países, causando más daño económico.
Bonanza en losa bonos
Los mercados apuntan a que la Fed bajará las tasas en 75 puntos básicos en su reunión de marzo tras el recorte de la semana pasada, y que en abril los costos del crédito podrían bajarse a cerca de cero.
El Banco Central Europeo se reúne el jueves, muy presionado para que tome medidas, pero sus tipos ya son muy negativas.
“La reunión del BCE de esta semana será el primer caso de prueba para la presidenta Christine Lagarde”, afirmó Carsten Brzeski, economista de ING. “Con lo poco que les queda de munición y enfrentado al impacto externo que no puede ser domado por políticas económicas, el BCE tendrá que equilibrarse cuidadosamente entre palabras y hechos”.
El rendimiento del bund a 10 años, el principal activo de refugio de la zona euro- bajó a un nuevo mínimo récord de -0,863%, mientras que las expectativas inflacionarias para la zona euro se hundieron bajo el 1% por primera vez.
Datos sugieren que la economía global cayó en recesión este trimestre. Cifras de China publicadas el fin de semana mostraron que las exportaciones cayeron un 17,2% en enero-febrero respecto al año anterior.
La caída en los rendimientos y las expectativas de más recortes de las tasas de interés de la Fed le quitaron el piso al dólar. El billete verde se hundió a 101,58 yenes, mínimo desde fines de 2016 y después cotizaba con una baja de casi 3% a 102,42.
El euro cotiza en 1,1410 luego de también dispararse a un máximo en más de 13 meses a 1,1492 dólares, para después transarse en 1,1422 dólares.
El oro inicialmente escaló a 1.700 dólares por onza a un nuevo máximo de siete años, sólo para retroceder a 1.677,4 dólares.
