Por: Diego Ruiz Thorrens/ El día sábado 28 de Julio en el Concejo de Bucaramanga, acontecieron dos hechos relacionados en la lucha contra la incidencia de las ITS y VIH en la ciudad: la aprobación del Proyecto de Acuerdo 032 de 2018 que define los lineamientos para la construcción del Plan Local de Respuesta al VIH/SIDA y otras “enfermedades” de transmisión sexual (las comillas son mías, dado que el VIH no es una “enfermedad” sino una “infección” causada por un virus) autoría del Concejal Wilson Mora; y el preocupante balance de acciones realizados (hasta el momento) por la actual Administración Municipal.
Ese día fuimos convocados, en sesión formal, la Secretaria de Salud Municipal de Bucaramanga, Jefe Adriana García-Herreros Mantilla; en sesión informal y con aprobación del mismo Concejo, hablé en representación de las organizaciones de base comunitaria (OBC) que trabajan en pro de los derechos sexuales, los derechos reproductivos y la reducción de las ITS y VIH/Sida en nuestro departamento.
Debo mencionar que el proyecto de acuerdo incluye erróneamente términos que en vez de sensibilizar a la comunidad, potencian el miedo y rechazo a todo lo relacionado con las ITS y VIH (como son “contagio” y “enfermedad”) pero en su conjunto, el Plan Local de Respuesta al VIH e ITS propuesto por el Concejal Mora es relevante y llega en un momento coyuntural ante la incidencia (nuevos reportes) en la ciudad (hasta el mes de Abril, Bucaramanga reportó más de 65 notificaciones, 25,4% más casos que el periodo del año anterior).
El Concejal supo leer el actual estado del arte: seguimos encontrando distintos tipos de EPS e IPS que ponen todo tipo de trabas en autorizaciones y exámenes médicos obligatorios para una mejor calidad de vida de las personas viviendo con VIH, incluso demoras en la entrega de medicamentos necesarios para el control y disminución del virus en sangre (principalmente, en personas del régimen subsidiado).
También, manifiesta la necesidad de trabajar con mayor fuerza en la reducción del estigma y la discriminación que sufren las personas viviendo con VIH en Bucaramanga; el improbable cumplimiento de las metas 90 – 90 – 90 “Tratamiento para Todos, de ONUSIDA”; y el repunte de la infección por VIH en personas heterosexuales (a pesar que algunos sectores insisten, sin fundamentos, que las trabajadoras sexuales y los homosexuales son los principales transmisores del virus), entre otros aspectos.
En otras palabras, podríamos decir que la desinformación y el miedo a conversar abiertamente y sin prejuicios sobre ITS y VIH están ganando cada vez más terreno en nuestra ciudad.
En su punto número 4 – Objetivo Primordial, el Proyecto de Acuerdo 032 expresa que “En Bucaramanga se siguen encontrando casos de personas muriendo por complicaciones por el VIH-sida; de ellos se derivan algunos pacientes no están recibiendo a tiempo control de tratamiento antirretroviral (…) Mujeres y población LGBT la más afectada y la falta de atención oportuna”.
Esta información es tanto devastadora como exacta, dado que las muertes a causa de co-infecciones y/o enfermedades oportunistas en (lo que llamamos la) fase SIDA, pudieron ser prevenidas; las mujeres que viven con el virus lo adquirieron, en la mayoría de los casos, por sus parejas estables; y la situación en salud pública de la población LGBT frente al VIH, al no generarse desde lo local acciones de Promoción y Prevención con enfoque diferencial sobre el sexo, el placer y la prevención, los hace potencialmente más vulnerables.
Ahora, el segundo hecho, la sesión formal en cabeza de la Jefe García-Herreros Mantilla: se habló sobre las metas 90 – 90 – 90 en Colombia; la normatividad en ITS, VIH y TB (Tuberculosis) del Ministerio de Salud y Protección Social, las cifras de personas que viven con el virus en nuestro país, la ejecución del Proyecto VIH, la gestión de FONADE en Bucaramanga, la posible contratación entre organismos de base comunitaria (OBS) y las administraciones públicas. Todo esto, muy importante. Pero nada, absolutamente nada, sobre el escenario local.
No obstante, la representante de la administración municipal sí realizó una serie de aseveraciones que perfectamente rayan en el prejuicio y potencian la estigmatización hacia la población viviendo con VIH. Aquí rescato una línea que a mi parecer fue la más llamativa: “las poblaciones con VIH se automarginan a sí mismas, y esto hace que no sean responsables con la toma de su medicación”.
Vamos por orden. Sí, esto se puede presentar. Pero hacer generalizaciones es casi igual a expresar que los embarazos en niñas menores de 14 años no deberían ser llamados como abuso sexual sino más bien “decisiones consensuadas”.
La experiencia nos enseña, que cuando una persona no es adherente (constante) al tratamiento antirretroviral es (1) porque no ha recibido la correcta y suficiente información sobre qué son los tratamientos antirretrovirales, cuáles son los posibles efectos adversos (secundarios) que podrá (o no) experimentar y por qué es necesaria su toma en horas y momentos precisos; (2) porque la persona teme ser identificada por otros (incluso, por sus seres más cercanos) como alguien viviendo con VIH, o (3) porque los profesionales en salud no han sido capaces de lograr interpretar y/o establecer lazos de confianza y comunicación frente a las dudas, inquietudes y todos aquellos sentimientos que pueda estar experimentando la persona viviendo con el diagnóstico.
Es decir, la lógica de la Jefe García-Herreros Mantilla es culpar al paciente en vez de reconocer que existen falencias administrativas y del sistema de salud pública en cuanto a información, promoción y prevención de las ITS y el VIH.
La representante de la administración pública pudo aprovechar útilmente el tiempo de la sesión formal, pero esto no pasó. No brindó información sobre qué se está haciendo ante los reportes de salud pública en la Cárcel Modelo de Bucaramanga para frenar la incidencia de ITS, VIH y TB; o qué estrategias educativas están siendo dirigidas a jóvenes en colegios públicos y privados de Bucaramanga, muchos con vida sexual activa y que necesitan información sobre cómo llevar sexualidad responsable, prevención de embarazos no deseados y la transmisión de ITS y VIH. Nuevamente, nada de esto pasó.
No expresó sobre cuál es la labor que viene realizando el equipo de la dimensión de salud sexual y reproductiva a su cargo, o sobre cuántas tomas de pruebas rápidas voluntarias viene realizando su equipo en población vulnerable. Nada.
Tampoco mencionó la existencia de casos por infección por ITS y VIH en población de adultos mayores, como si pensáramos que el sexo y el placer quedaran rezagados a partir de cierta edad.
El proyecto de acuerdo 032 contempla responsabilidades compartidas frente a la reducción de la incidencia de VIH en Bucaramanga en las oficinas de desarrollo social, interior, cultura, educación y hasta planeación. Ojalá éstas oficinas diseñen estrategias educativas que ayuden a superar los prejuicios existentes no sólo ante el VIH, sino también ante sobre el sexo, la sexualidad, el género y la diversidad sexual.
Ante todo, espero que la administración municipal supere sus propios prejuicios frente al VIH. Esto, no sólo transforma favorablemente la vida de las personas viviendo con el virus: favorece también a sus familias y a todos como ciudad.
Twitter: @Diego10T