Por: Ruby Stella Morales Sierra/ La multiplicidad de medios de información, sumadas a la globalización de redes sociales, resulta a simple vista una oportunidad del conocimiento y herramienta para la libertad de expresión. Aunque cada vez con más restricciones y censuras de contenidos alejados al establecimiento, y de otro lado, un peligro en crecimiento de información basura que atenta contra la verdad y la construcción para el bien común.
El facilismo de tener a disposición infinita todo tipo de informaciones de todo el mundo, y hasta de las incursiones de la Nasa en Marte y en el universo, trae su veneno en el atrapamiento y la manipulación de contenidos e imaginarios sociales que impide que la gente piense, analice y cree una opinión política y humana propia de la realidad cercana, de lo sucede en casa y el vecindario, como si de repente se estuviera desdibujando el municipio y el país. No da tiempo para reflexión. Simplemente se entra en la fila de usuarios atrapados.
La oferta y consumo permanente de información, inclusive si son temas que consideramos «importantes», o que se catalogan en el maremágnum cultural para estar al día, terminan por atiborrar el cerebro y empachar la capacidad de discernimiento. El riesgo generalizado es terminar siendo depositarios pasivos de una información y emoción desbordadas, viciadas, por falta de digerir y ordenar las formas y los contenidos.
La pandemia, además del virus Covid-19, nos ha traído el virus de la necesidad virtual de las comunicaciones y nos han llevado a ser más vulnerables y adictos a las redes sociales y las ansias de saber un poco de todo.
Es bien cierto que Internet ha masificado la posibilidad de saludarnos a diario con familia lejana, reconocer a los vecinos, interactuar por causas comunes. También se constituye en medio obligado para trabajo desde casa.
El otro lado de la moneda hasta hace poco se empieza a analizar, con las resistencias que siempre originan las críticas. La adicción inconsciente.
Recomiendo análisis y lecturas del lingüista y crítico norteamericano Noam Chomsky. (Ver link)
El nuevo ‘gobierno mundial’ de los medios virtuales manejados por empresas privadas multinacionales que se han erigido con sus propias reglas de una forma peligrosa que de paso exalta los ánimos, por un lado, y de otro, suprime la capacidad crítica de los usuarios.
El lado oscuro de las redes sociales, su uso y fin comercial ejerce como plataforma de poder, dinero y dominación. El valor astronómico de los datos revienta los pronósticos del valor de sus acciones en un mundo abismal de especulación donde ellos saben casi todo de nosotros y nosotros casi nada de ellos. Escenario de negocios y publicidad.
Recomiendo a los lectores el análisis que hace la periodista española, Martha Peirano, quien nos acerca al mundo oscuro de las redes sociales y el empacho y adicción de la información. A conocer otra mirada de la plataforma adictiva y manipuladora. (Ver link)
Rebelada
Hace seis años resolví dejar de ver televisión comercial y apartarme de los noticieros diarios de radio y televisión. Suspendí el servicio de televisión preparada. Apagué el televisor y la radio y me hice a la tarea de encender mi propio proceso de pensamiento y análisis.
Esto ha sido una decisión personal que parece contradictoria con mi profesión de Comunicadora Social y periodista. La idea es tener la libertad de elegir qué se quiere conocer y profundizar. Intentar darle una mirada más profunda al comportamiento humano y las causas del sufrimiento que padecemos las mayorías.
Los periodistas y políticos siempre han creído que necesitan estar al día en todo. Pero la realidad es que la mayoría cae en un mar extenso de datos, con poca profundidad de conocimiento consciente y sin el vínculo de la emocionalidad humana. El refuerzo de lo mismo.
Un ejemplo es la transmisión diaria del noti-presidente del cual no se necesita ver más de diez minutos para encontrarla como la copia fiel del sistema utilizado por el castro-chavismo que inició Chávez y siguió Maduro.
Quienes renunciamos a ver este tipo de propaganda política nos evitamos la molestia de perder el tiempo y evitar la desazón y desconsuelo de la desarticulada manera de gobernar intereses para beneficios de pocos.
Los contenidos y tendencias informativas son trabajadas por el poder y el gobierno por expertos para mantener el rebaño apaciguado. Los expertos en marketing político, o sea, el manejo de adictos inconscientes políticos que temen la libertad y se aferran a las cadenas del continuismo.
Es la manipulación de los temas que se exponen a la opinión pública para reforzar adeptos y mantener el servilismo doblegado, a pesar de la evidente crisis generalizada porque el esfuerzo del trabajo de las mayorías termina beneficiando a quienes más dominan con dinero y poder.
Buen uso
Del lado práctico de las redes sociales, en este país político donde las campañas electorales nunca paran, tenemos las ‘bodegas de influenciadores’, ejercidas a voluntad por simpatizantes y fanáticos. Y también otros grupos pagados (bodegas de verdad verdad) por quienes tendrían en sus manos los recursos públicos y los negocios asociados.
Del lado opuesto del establecimiento, también está la apuesta de quienes buscamos el ejercicio de la democracia.
Así es que crece el espíritu de voluntad y decisión de quienes le apostamos al beneficio general y a la política del servicio público a través del grano de arena de la exposición de contenidos de reflexión.
Esta tarea de concientización social es realizada por simpatizantes de ideas progresistas que buscan, ad honorem, afirmar acciones positivas más participativas que conduzcan al cambio de intención del gobierno y los recursos públicos para llegar a un puerto seguro más democrático, incluyente, igualitario y equitativo.
La tarea también es individual y personal. Es repensar, reflexionar y debatir mirándonos en un espejo. Tratar de derrotar al burgués que todos llevamos dentro. Cambiar de casa y también de inquilinos.
PD-1. Lamentable el fallecimiento este domingo de Edinson Kleyman Beltrán, excandidato a la Alcaldía de Floridablanca, lo cual habría ocurrido a causa del Covid-19, según informan allegados en redes sociales. Kleyman se destacó por su empeño en atender a la población de menores y jóvenes infractores a través del servicio psicosocial. Condolencias a su familia y allegados.
PD-2. Me contó mi hermana escritora Carolina Spellam, quien vive en Londres, que hace varios días se movilizó todo un escuadrón de agentes de inteligencia para ubicar a un ciudadano brasileño recién llegado quien dio positivo en la nueva variante P1. Tras tres meses de confinamiento estricto, los ingleses estaban aterrados de que la nueva cepa que catalogan como super infecciosa, se empezará a transmitir sin control.
La única pista que dejó el afectado fue un matasellos en el informe del examen que le habían practicado al ingreso a Inglaterra y ningún domicilio para ubicarlo.
Luego de una semana angustiosa y buscar todo tipo de pistas tipo Sherlock Holmes, dieron con el ciudadano portador del P1, quien al desconocer el idioma inglés dejó incompleto el registro de ingreso.
Las autoridades sanitarias desplegaron un estricto operativo de desinfección de todo rastro y vecindario del paciente y casa a casa habrían invitado a la comunidad a aceptar la vacunación contra la pandemia. Tremendo operativo tipo Scotland Yard.
¿Qué estamos haciendo en Colombia para controlar la variante P1 con una frontera viva con Brasil y una migración galopante desde Venezuela?
Según el Ministerio de Salud, vamos cabalgando despotricados por la tercera ola.
Respirar con optimismo y acogernos a la Divina Providencia.
*Periodista
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