El 11 de mayo dejarán de regir las normativas antiinmigración establecidas en la época de Donald Trump e iniciará una nueva era, con castigos más severos y políticas que busquen descongestionar la frontera. Sin embargo, en suelo mexicano, alrededor de 35.000 migrantes continúan expectantes; mientras los gobiernos estatales estadounidenses aumentan la presencia armada, como Texas, o endurecen sus normas, como Florida. Joe Biden avisó que los primeros meses podrán ser difíciles en la frontera sur.
La cuenta regresiva está llegando a su fin y la culminación del Título 42 es inminente. El próximo 11 de mayo, a las 23.59, será el cese de las políticas antimigratorias elevadas en el gobierno de Donald Trump por razones sanitarias y abrirá una nueva era.
Si bien, desde la administración de Joe Biden anunciaron medidas que, a priori, serían beneficiosas para organizar el flujo migratorio en México y Estados Unidos, su eficacia todavía deberá ser probada. Sin embargo, el inicio de la era posterior al Título 42 garantiza un solo aspecto: incertidumbre.
“Será caótica por un tiempo”, es la frase que utilizó el presidente estadounidense para referirse a lo que sucederá en la frontera sur cuando cambien las normas, acentuando las dudas que están sembradas, no solo en los migrantes sino también en las autoridades fronterizas y los gobernantes de los Estados.
“Creemos que tenemos un proceso sólido para lidiar con lo que ocurrirá después de que se levante el Título 42. Una vez más, estamos utilizando las herramientas que tenemos disponibles porque el Congreso se niega a hacer su trabajo en lo que respecta a la frontera”, agregó Biden.
Ante esta situación, las jurisdicciones han tomado medidas dispares para afrontar la problemática que se aproxima. Por caso, el gobernador de Texas, Greg Abbott decidió aumentar la presencia de oficiales para agilizar la detección y expulsión de los viajeros irregulares.
El pasado lunes comunicó que más de medio millar de uniformados y dos helicópteros Black Hawk irán a la frontera compartida con México.
Por su parte, este miércoles 10 de mayo, Florida promulgó un proyecto de ley que incluye medidas que dificultan el establecimiento de inmigrantes irregulares. El mandatario de la región, el republicano Ron DeSantis –serio aspirante a las primarias del partido- criticó el control que el gobierno federal está llevando adelante.
DeSantis afirmó en una conferencia titulada “Protegiendo a Florida de la crisis fronteriza de Biden” que esta decisión es una respuesta al “problema masivo” que sucede en los límites con México.
En México, los inmigrantes mantienen la ilusión en el desconcierto
Los campamentos de viajeros de distintos países de América Latina siguen firmes en las ciudades fronterizas, sobre todo en Ciudad Juárez, a pesar de las confusiones que se han generado desde el anuncio del fin de Título 42.
Dentro de estos bloques de migrantes que suman alrededor de 35.000 personas corrió el rumor de que las facilidades para llegar a Estados Unidos iban a aumentar; luego, que los procesamientos de las solicitudes se iban a agilizar.
Otros, como sucedió en Tapachula durante la semana anterior, han desbordado de nerviosismo y se agolparon en los puestos fronterizos exigiendo la documentación que requieren.
Para México, la disolución de las normas migratorias aún vigentes no garantiza un futuro mejor respecto a la acogida de extranjeros. Al contrario, dependerán de la eficiencia de los centros de procesamiento regionales anunciados, porque la cantidad de expulsados desde Estados Unidos se incrementará.
Los migrantes que permanecen en sitios como Ciudad Juárez o Tijuana han vivido redadas policiales nocturnas en las últimas jornadas y 33 centros de acogida han cerrado temporalmente, acrecentando las incógnitas respecto a su estadía en América del Norte.
