Por: Ronald Picón Sarmiento/ Hace mucho tiempo no me daba a la tarea de caminar por la ciudad bonita, decidí como cualquier mortal y como lo hiciese en tiempos de mis estudios universitarios, salir a un city tour por Bucaramanga, salí a caminar, a observar, a escuchar y desde luego a sentir en vivo y en directo a sentir la ciudad; para esto evidentemente tuve que romper muchas de mis habituales rutinas, salir de mi zona de confort, suspender algunas tareas, sin embargo, por lo múltiple de mis ocupaciones tuve que escoger una hora un poco tarde y puede salir después de las cinco de la tarde de mi oficina para darme este lujo de pisar la calles de la capital santandereana; me encontraba en el centro y decidí empezar por allí, subí por la calle 35 desde la carrera 12 y a travesé el puente peatonal de la carrera 15, hasta la carrera 19, a esta altura ya había cruzado con varios amigos y colegas quienes además de levantar la mano me preguntaban que hacía por ahí y me advertían del peligro, dejando entrever claramente la sensación de inseguridad que desafortunadamente se irriga por todos las gentes de bien, también podría decir que me cruce con más de diez mil vendedores por exagerar y que muy pocos o casi ninguno tenía medidas de restricción o protección de bioseguridad, note también que pululan los indigentes, los limosneros quienes en cada tramo del paseo me requerían para que les regalara una moneda, incluso uno jocoso me dijo que le regalara un billete de diez mil y estuve casi listo para dárselos por lo inverosímil de su pedido.
En la carrera 16 vi hacia la plaza y literalmente la ciudad estaba en extremo sucia, todo el mundo corría con su paquetes, los vendedores guardaban sus zorras y carritos, canastas y demás elementos de trabajo, otros cerraban sus chazas, en fin bastante actividad y un mega trancón, sumado al insoportable ruido de las bocinas de buses, carros motos y demás, en la esquina de la 16 con calle 36 me ofrecieron al menos unas 6 veces mototaxismo, pero ese paseo lo pospuse para cuadras más adelante, por la carrera 17 y en la carrera 18, prácticamente los mototaxistas y las motos no dejaban pasar a los que iban a pie conmigo; curiosamente no vi un solo policial, nadie de la ley, a excepción de un soldado que estaba quizá de permiso o de compras portando aun el uniforme, pero ningún agente de la ley o del tránsito estaba por allí, desafortunadamente Bucaramanga se siente una ciudad desamparada, abandonada, una ciudad perfecta para quienes andan en la irregularidad y sobre todos para quienes transitan la ilegalidad.
De tanto ofrecimiento finalmente sucumbí y luego de haber alcanzado el parque Santander, que por cierto ya casi se parece al del Antonia Santos y no precisamente por las ardillas, me subí a un moto taxi, le dije que me llevara a cabecera, pensando que allí la cosa era diferente, finalmente como decían unos años atrás y yo lo escuchaba de niño, es que la ciudad es una de la 27 para abajo y otra de ahí para arriba, con el temor a ser contagiado de piojos o alguna enfermedad en mi cuero cabelludo, me puse un casco terrible, sucio, dañado, no certificado obviamente, y para colmo de males el conductor era un venezolano sin documentos que hablaba y hablaba de como estaba la cosa dura en la ciudad, no respeto ni uno solo de los múltiples semáforos que habían en nuestro trayecto y todo porque ya empezaba la hora buena de trabajo y tenía que rendir en su tarea, gracias a Dios no nos caímos o le pegamos a alguien, al joven le pregunte si la policía molestaba y dijo que no que a esa hora están todos guardados y nadie los molesta, cosa que creo cierta porque no apareció ni uno solito, estos están es dedicados a poner cepos frente a Pepe Ganga de Cabecera y arruinar la visita a los negocios que hacen vida por esa zona, finalmente me quede enfrente de donde quedara antiguamente foto Japón, esto es la carrera 33 con calle 48 y me encuentro con la enorme sorpresa que allí en dicha esquina se estacionan al menos unos 5 o 6 en dicha esquina se estacionan al menos unos 5 o 6 carros piratas sobre la carrera 33 que gritan cual anunciador en terminal “de salida para el norte, colorados, olas bajas, regaderos” qué barbaridad, ni siquiera esa zona se escapa, estamos atestados de piratas, mototaxistas y amigos de lo ajeno, la ciudad esta huérfana, y es dable preguntar, en donde esta Transito, en donde está la Policía, que paso con el control al transporte irregular porque no hay operativos serios, constantes y permanentes, en nuestras narices están dejando que todo esto acontezca, basta con esperar que haya una tragedia en un transporte irregular de esos para que salgan a tratar de mitigar la situación.
Señora directora de Transito de Bucaramanga por favor deje de estar haciendo tanto operativo de cepos en cabecera y mejor dedíquese a controlar a quienes están pirateando, a quienes están moto taxiando, a quienes andan en carro o moto y no tienen en regla sus documentos, a los venezolanos que si bien tienen permiso de conducir lo pueden hacer siempre y cuando tengan su pasaporte vigente, la ciudad necesita y espera es este tipo de operativos, no pañitos de agua tibia que vienen incomodando solo a quienes realmente hacen las cosas bien.
A las autoridades municipales, les invito a que hagan un city tour por Bucaramanga y tomen nota de la realidad que no ha podido observar por lo alta que es erige la burocracia delante de ustedes.
*Abogado, Especialista en Derecho Penal, Especialista en Derecho Procesal Penal y Magister en Derecho Penal y Procesal Penal.
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