En medio de la turbulencia económica global, Colombia se encuentra bajo el escrutinio de las agencias calificadoras de riesgo, con Moody’s destacando recientemente como un foco de atención. La posibilidad de una descalificación crediticia por parte de esta influyente calificadora ha puesto en alerta a los mercados financieros y a los líderes políticos del país.
De acuerdo con Moody’s, los problemas internos han contribuido a una situación económica complicada. La capacidad del gobierno para mantener la estabilidad fiscal y cumplir con sus obligaciones financieras se ha vuelto crucial para mantener la confianza de los inversionistas y el acceso a los mercados internacionales.
El análisis de la firma certificadora subraya que la formación bruta de capital fijo disminuyó un 9,5 % y representó el 17,3 % del PIB en 2023, por debajo del promedio del 21,1 % durante 2013-2022. Además, precisó que, aunque la actividad económica está mejorando en 2024, la persistente debilidad en la dinámica de inversión pesaría sobre una recuperación sostenida de las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Colombia, volviendo al crecimiento tendencial de alrededor del 3 %, y restringiría la capacidad de las autoridades para lograr una consolidación fiscal continua en 2025-2026.
La dinámica lenta de la economía nacional genera un clima de preocupación pues, según los sondeos, este año crecería apenas un 1,4 % luego de que el año pasado lo hiciera en un ínfimo 0,6 % y el 0,7 % en el primer trimestre de 2024.
El informe de Moody’s Investors Service es preocupante ya que es una de las principales agencias calificadoras de crédito a nivel mundial y su evaluación de la capacidad de un país para cumplir con sus compromisos financieros tiene un impacto directo en cómo los inversionistas perciben el riesgo asociado a la deuda soberana de ese país.
La evaluación de Moody’s sobre la calificación crediticia de Colombia se basa en múltiples factores macroeconómicos y fiscales, que incluyen la capacidad del gobierno para manejar su deuda pública, el crecimiento económico sostenible, la inflación controlada y la estabilidad política. En los últimos informes, Moody’s ha expresado preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda colombiana y la capacidad del gobierno para establecer reformas estructurales necesarias para fortalecer la economía a largo plazo.
Implicaciones de la descalificación
Una descalificación crediticia por parte de Moody’s tendría varias implicaciones significativas para Colombia como un aumento en los costos de endeudamiento para el gobierno colombiano, ya que los inversionistas exigirían tasas de interés más altas para compensar el mayor riesgo percibido. Además, la confianza de los inversionistas en la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras podría debilitarse, lo que podría dificultar el acceso a los mercados internacionales de capital.
Asimismo, habría una mayor dificultad para financiar el déficit fiscal y los programas de inversión pública lo que podría impactar negativamente en el crecimiento económico y el empleo en Colombia.
APN Noticias
