En algo tendrá razón. Y es que un abogado es caro, pero es más caro no tenerlo; si bien existe la Defensoría del Pueblo, bien sabe el pueblo y más los enjuiciados que dichos abogados por más que quieran defender los derechos e intereses de sus prohijados están atados de manos.
Por: Andrés Negrete/ De los abogados mucho se dice. Desde la antigüedad a nuestros tiempos, se habla acerca de esta profesión. Bueno o malo se especula, para bien o para mal se dice; en una u otra conversación que usted haya podido escuchar, de estos profesionales, algo se dice. Pero, no entrare en detalles, lo que se diga está protegido por el derecho a la libre expresión, claro está en los límites del ejercicio de este derecho.
Advocatus, abogado, quien aboga por los intereses de un tercero. Profesional que conoce de leyes y ejerce la defensa de sus clientes. Esta no es una definición. Es lo que se escucha en la calle, lo que la gente conoce, el conocimiento popular acerca de esta profesión.
Muy necesarios cuando se tiene líos con la ley. Sí usted es capturado, tiene derecho a una llamada y si conoce un abogado llámelo. Su familia puede esperar, pero, si llama a su familia dígale que le consiga un abogado inmediatamente. Es más importante comunicarse con uno que intentar contactar a un familiar a menos que sea para que contrate un defensor. Y es que cuando usted se enfrenta a la imposición de una medida de aseguramiento, es donde se da cuenta que en verdad necesita inmediata representación.
La audiencia de imposición de medida de aseguramiento prácticamente no se le niega a nadie. Contratar una defensa técnica y un equipo de trabajo que en tiempo real consiga los elementos de conocimiento que servirán de base a las peticiones que se eleven al juez con funciones de control de garantías, hacen la diferencia a la hora de decidir si usted va o no a la cárcel. Sin embargo, hay que ser conscientes ante las injusticias de la justicia. Un abogado litigante en materia penal cuesta, y un cliente que no tiene los recursos para pagar una buena defensa, desafortunadamente se queda sin una. Ésta es una realidad que se vive diariamente.
No basta con ser un buen abogado penalista. No sirve tener todos los títulos habidos y por haber. Si el cliente no tiene recursos con que pagar un abogado defensor, así sea de esos económicos o que recién empiezan el ejercicio de la profesión del derecho, no tendrán la oportunidad de acceder ni a esos abogados. La injusticia de la justicia. El dicho: “la justicia es para los de ruana”. En algo tendrá razón. Y es que un abogado es caro, pero es más caro no tenerlo; si bien existe la Defensoría del Pueblo, bien sabe el pueblo y más los enjuiciados que dichos abogados por más que quieran defender los derechos e intereses de sus prohijados están atados de manos.
Y no es un secreto el hecho que, la defensoría pública no cuenta con los recursos necesarios para atender de manera eficiente y eficaz los cientos de casos que llegan a su conocimiento. Ahora, imagínese usted sí la defensoría siendo una entidad de carácter oficial pagada por el Estado del bolsillo de los colombianos, no tiene los recursos para ejercer la defensa penal de la mejor manera, que le espera a muchos de los abogados que litigan por cuenta propia y que según la capacidad económica del cliente también actúan.
Ahora, según el cliente tenga o no recursos económicos para contratar un buen abogado y un equipo de trabajo que soporte mediante elementos de conocimiento (pruebas) las peticiones que eleve el abogado defensor ante los estrados judiciales, que será de aquellos que no cuentan con recursos económicos.
Se de muchos abogados defensores en materia penal que dejan el alma en cada audiencia; en mi caso trato de hacerlo. Defensores que sin recursos ni equipo logran salir abantes en cada tesis que proponen en defensa de sus clientes. El acceso a la representación de un buen abogado es costoso, pero es más costoso no tener acceso a un abogado.
Y, por otro lado, se preguntará usted lector, ¿por qué se delinque? Pues, para ser sincero, ni los más grandes filósofos y pensadores del derecho penal se ponen de acuerdo en la respuesta a dicha pregunta. Lo cierto es que, las condiciones precarias en las que nacen muchos ciudadanos, viendo día a día como se delinque, pues, algo se le queda. Y no hablo de estratos, sino más bien que la corrupción de este país es vista por todos y ello ayudar a justificar el accionar de muchos que piensan que sí el gobierno delinque y es corrupto porque nosotros no.
Las noticias ayudan a corroborar dicha tesis, muchos delincuentes de cuello blanco salen airosos de sus triquiñuelas pero el ciudadano común y corriente es condenado hasta por robarse un caldo “Maggy”. Y, entonces, se preguntará usted, ¿Por qué pasa esto? Y la respuesta es la misma: ni los más grandes filósofos y pensadores del derecho penal se ponen de acuerdo en la respuesta a dicha pregunta.
Lo único cierto es: si usted por algún motivo, circunstancia o razón del destino se ve involucrado o inmiscuido en un proceso penal por equis delito, requiere de inmediata representación de un abogado de esos de los que le alcance para pagar, porque un abogado es costoso, pero es más caro no tenerlo. Y no por el dinero, sino por las consecuencias que pueda tener su caso sino cuenta con un defensor.
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