Ya hay texto final de la Reforma Tributaria, tras las aprobaciones en la Cámara de Representantes y el Senado y la conciliación, y a falta de un último visto bueno en el Congreso, ya se sabe que alimentos tendrán impuestos para el 2023.
Y mientras que el pan, en cualquiera de sus presentaciones, quedó excluido del nuevo gravamen que generaría un impuesto progresivo al 2023 de hasta 25 %, las arepas precocidas y otros productos de panadería no se salvaron de ese impuesto.
Lo anterior porque estas últimos están incluidos en la partida arancelaria 19.05 (Decreto 1881 del 2021) cobijados por el nuevo tributo: «Productos de panadería, pastelería o galletería, incluso con adición de cacao; hostias, sellos vacíos de los tipos utilizados para medicamentos, obleas para sellar, pastas secas de harina, almidón o fécula, en hojas, y productos similares».
A las arepas precocidas se les suman el mecato hasta las barritas de cereal, las albóndigas, el chocolate de mesa, el Chocoramo, las salchichas, las chocolatinas, las papitas, los platanitos, las rosquitas o las achiras. Incluso las compotas para bebé.
En cuanto a las bebidas ultraprocesadas azucaradas, el impuesto dependerá del nivel de azúcar añadido, lo que quiere decir que estarán gravadas: las gaseosas, las bebidas a base de malta, tipo té, a base de fruta en cualquier concentración, refrescos, zumos y néctares de fruta, bebidas energizantes, bebidas deportivas, refrescos, aguas saborizadas y mezclas en polvo.
