Por: Alfonso Baeza Acuña/ La Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) fue creada por la Constitución de 1991 en su Artículo 331, que además dispuso como su sede principal la ciudad de Barrancabermeja.
Mediante la ley 161 de 1994 se reglamentó su funcionamiento y su objeto, que es la recuperación de la navegación del Río Magdalena y la actividad portuaria, la adecuación y conservación de tierras, la generación y distribución de energía así como el aprovechamiento sostenible y la preservación del medio ambiente, los recursos ictiológicos y demás recursos naturales renovables.
El Río está divido en tres secciones, Alto, Medio y Bajo, donde cada una de ellas eligen dos delegados para la Junta Directiva, que deben ser los alcaldes titulares.
Su Presidente no ha tenido en cuenta el Mandato Constitucional de que la sede es la ciudad de Barrancabermeja, donde deben despachar. Por el contrario, lo hacen desde Bogotá o Barranquilla, de donde han sido los presidentes de la Corporación. Hoy el Dr. Alfredo Varela, funge con tal y representa los intereses de Cambio Radical y de la Costa Atlántica.
Se dispuso igualmente que la Corporación debe girarle al Municipio de Barrancabermeja, del Fondo Nacional de Regalías que recibe, una cifra de 10.000 salarios mínimos mensuales, anualmente -desde su creación- dirigida a descontaminar. Deuda que no se ha pagado y que aún se le debe a la ciudad.
No puede ser justo señores alcaldes que han formado parte de la Junta Directiva de Cormagdalena, que no se hagan grandes inversiones con esos recursos. La ciudad reclama el Malecón del Río. Es un deber de la Corporación velar por ese muelle que hoy se encuentra en pésimas condiciones.
Los recursos de Cormagdalena no se ven en Barrancabermeja, mientras esas inversiones fluyen río abajo.
De los 20 años de existencia de la Corporación, se construyó el Terminal Fluvial Yuma y parte de ella se la llevo el Río; y la claraboya que se requiere para el embarque de los pasajeros no ha llegado a la ciudad, parece que se la tragó el Río Magdalena.
El muelle requiere de una inspección técnica. Las latas que impiden el ingreso del agua se encuentran podridas y ellas están por debajo de la vía en donde se encuentran las ventas de comidas. Cuando se desplome se verán los cráteres que se han formado y no evitaron la tragedia por la negligencia de las entidades oficiales y especialmente a quien le corresponde esta tarea.
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