Por: Érika Bayona López/ La reciente encuesta que mide las precepciones de los ciudadanos de Bucaramanga sobre la gestión del alcalde y los concejales, elaborada por la encuestadora Excellentia y contratada por el periódico político Corrillos, ofrece un panorama interesante y revelador. Basada en la participación de 800 personas mayores de 18 años, representativas de diversos sectores sociales, las cifras reflejan una ligera inclinación hacia el optimismo: un 54% de los encuestados considera que las cosas están mejorando, mientras que un 46% percibe un deterioro.
Este estudio, que abarca el periodo entre enero y diciembre del año 2024, destaca un patrón recurrente en toda administración: Los desafíos de un buen inicio y un cierre adecuado de gestión. Al igual que en los vuelos, el despegue y el aterrizaje suelen ser los momentos más vulnerables, y en este caso no ha sid la excepción. Jaime Andrés Beltrán, quien llegó a la alcaldía tras haber sido dos veces concejal, comenzó su mandado respaldado por la promesa de cambio que llenó de expectativas a la ciudadanía.
En los primeros meses de su mandato, Beltrán logró avances significativos, como la aprobación de su plan de desarrollo municipal, un hito crucial para estructurar políticas y proyectos. No obstante, hacia el último trimestre del año, los desafíos aumentaron. La implementación de dicho plan enfrentó complicaciones tanto en escenarios públicos como privados, agravadas por una estrategia de comunicación deficiente que permitió que las críticas eclipsaran los logrados alcanzados.
A esto se sumó un fallo judicial que prácticamente declaró nula su elección como alcalde, un golpe que sembró incertidumbre y desconfianza en la ciudadanía. Este evento afectó no solo la percepción de su gestión, sino que también el cumplimiento de las expectativas generadas al inicio de su mandato. Es un fenómeno recurrente: administraciones que comienzan con fuera pero, hacia el final, no logran satisfacer plenamente las demandas de la población.
La encuesta incluyó una diversidad de voces: líderes de opinión, exfuncionarios públicos y columnistas y ciudadanos de todos los sectores sociales. Además, el hecho de haber sido e contratada por Corrillos, medio reconocido por su compromiso con la opinión pública, y ejecutada por la encuestadora Excellentia garantiza rigurosidad técnica en los resultados.
En conclusión, los resultados no solo reflejan un balance dividido entre optimismo y escepticismo, sino que también subrayan la importancia de una gestión bien estructurada, comunicada de manera efectiva y respaldada por equipos sólidos. Bucaramanga necesita lideres capaces de transformar las expectativas en realidades tangibles y sostenibles, incluso en los momentos más críticos.
En última instancia, un buen alcalde no se mide por las cifras o los proyectos aprobados, sino por su capacidad de conectar genuinamente con la ciudadanía. Un líder debe ser cercano, accesible y transparente, demostrando que entiende las necesidades reales de la gente y que está dispuesto a tomar decisiones valientes, aunque no siempre sean las más populares.
Ser alcalde no es simplemente ocupar un cargo; es asumir el compromiso de servir con integridad, de planificar con visión y de construir una ciudad donde todos tengan oportunidades y calidad de vida. Es liderar con el ejemplo, acetar los errores, corregirlos con humildad y demostrar que la política puede ser un camino para el progreso y no un generador de frustraciones
Un buen alcalde transforma expectativas en acciones concretas y sostenible, prioriza el bienestar colectivo sobre los intereses personales y deja un legado que inspire confianza y orgullo en la comunidad. Porque al final, un líder es recordado no por lo que promete, sino por lo que cumple.
Como reza el dicho: “El liderazgo non se mide en promesas, sino en la capacidad de transformar las adversidades en oportunidades”.
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*Business Data Analyst – IT & Logistics / MBA & Máster en Project Management. Auditor interno BASC. Administradora de Negocios Internacionales y Especialista en Mercadeo Internacional de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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