Por: Holger Díaz Hernández/ “La esperanza es el sueño de un hombre despierto”: Aristóteles, filósofo griego.
Después de 18 meses de los primeros casos en China y de más de 15 meses en el país, la enfermedad del Covid no sólo ha dejado cientos de millones de infectados y varios millones de muertos, sino además una humanidad un tanto diferente, con otras perspectivas de vida y otra percepción sobre el presente y el futuro del mundo.
Son muy pocos los que hoy pueden decir que en sus familias o en su entorno no ha habido hechos que lamentar, incluso entre quienes se han cuidado en extremo, porque esta pandemia ha sido una de las más trágicas de la historia.
Millones de papers, ensayos e investigaciones se han realizado y aún hay demasiadas dudas con respecto a este virus, que según algunos llegó para quedarse.
Aún persisten grandes dudas sobre el origen del virus, se escapó o no de un laboratorio, para los médicos hay demasiados interrogantes con respecto al porque algunas personas se enferman y otros no, porque unos se complican y mueren y otros no, teniendo las mismas circunstancias; se han realizado cientos de estudios sin que haya respuestas claras a todas estas preocupaciones.
A la fecha en Colombia se ha vacunado al 25% de la población con 1 dosis y al 15% con el esquema completo, estamos lejos de las metas, pero el avance es contundente y comparable con la mayoría de los que más han avanzado en Latinoamérica.
El ingreso a UCI y la muerte de algunos cientos de pacientes ya vacunados con esquemas completos, genera preocupación y ha sido el caballo de batalla de los escépticos y de los anti vacunas, con respecto a la supuesta inefectividad de las mismas. Lo que es claro es que todas las vacunas evitan la posibilidad de infectarse, entre el 66 y el 95% y casi en el 100% para tener síntomas graves y la muerte.
La más polémica ha sido la vacuna china Sinovac que fue aplicada sobretodo a los adultos mayores y cuyos estudios muestran efectividad de 87,5% en evitar hospitalización, 90,3 en ingreso a UCI y 86,3 en prevenir muertes, estas cifras evidencian la alta efectividad de respuesta comparada con quienes no se han vacunado.
Cifras de un estudio realizado la semana anterior en las UCI de Antioquia determinaron qué casi el 50% de los pacientes internados en ellas, correspondían a personas que estaban en edad de vacuna y no lo habían hecho.
Las variantes que han aparecido han mostrado ser más contagiosas, pero no más letales, la más comentada hoy es la Delta, pero es la que menos mortalidad da (0,2%), con respecto a la Alfa (1,9%) y a la Beta (1,4%), y a medida que pase el tiempo llegarán muchas más y se requerirán nuevas vacunas de refuerzo contra estas variantes.
Pfizer y AstraZeneca han anunciado que tendrán dosis de refuerzo en los próximos meses, mientras acá sigue la polémica por el tiempo de aplicación de la segunda dosis de Pfizer, al parecer el gobierno tiene la razón y la efectividad de la vacuna a largo plazo mejora con el distanciamiento de las mismas.
La gran esperanza en el mundo es la llegada de la inmunidad de rebaño, pero está solo se logrará cuando se sumen los vacunados a los ya contagiados y el resultado sea superior al 70% de la población.
Ser positivo para Covid posterior a ser vacunado garantiza unos niveles de inmunidad mucho más altos y duraderos y la mortalidad es inferior al 0.01%, por lo tanto, a pesar de las dificultades el panorama es optimista. Tendremos varios picos de otros miles de contagios más, como ya ocurre en Israel, Inglaterra y Chile, pero cada vez la mortalidad será menor.
A continuar cuidándonos, si Dios y la vida nos han permitido llegar hasta acá, la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y los demás es muy grande.
Bendiciones.
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*Médico cirujano y Magister en Administración.