Por: Jhon F Mieles Rueda/ Si algo es cierto, es que no estamos aquí solo para existir, sino para vivir con un significado que trascienda la rutina diaria, o eso es al menos lo que debemos creer.
Desde tiempos inmemoriales, los grandes pensadores han intentado responder a esta cuestión. Filósofos, religiosos, científicos e incluso artistas han estado en controversia, y aunque sus respuestas varían, la búsqueda en sí sigue siendo la misma. Queremos saber por qué estamos aquí y qué sentido tiene nuestra existencia.
Algunos encuentran su razón de ser en la creación o en ser parte de algo grande: una teoría revolucionaria, una obra maestra, un descubrimiento que incluso cambie el rumbo de la humanidad.
Otros, en cambio, hallan sentido en lo cotidiano: en amar y ser amados, en formar una familia, en ayudar a otros, en construir un pequeño legado que, aunque no sea globalmente reconocido, deja una huella en quienes los rodean.
Pero el problema surge cuando pasamos los días sin cuestionarnos esto, sin detenernos a pensar si estamos viviendo con dirección o simplemente estamos viviendo el día a día. Sin propósito, la vida se convierte en una serie de eventos desconectados, una existencia sin narrativa propia.
Tal vez, tu como lector sueñes con inscribir tu nombre en los anales de la historia, con ser recordado por generaciones futuras, con haber marcado una diferencia en el mundo. Y es válido, porque grandes personajes como Einstein, Frida Kahlo, Mandela o Napoleón Bonaparte alguna vez fueron personas ordinarias que eligieron hacer algo extraordinario con su existencia.
Sin embargo, debemos ser conscientes que no todos los propósitos deben estar ligados a la trascendencia histórica. A veces, el mayor logro no es que el mundo te recuerde, sino que tú hayas vivido una vida que realmente valiera la pena.
Que hayas despertado la mayoría de los días con una razón para sonreír, que te hayas rodeado de personas valiosas, que hayas encontrado alegría en lo que haces y que, al final del camino, puedas mirar atrás y decir con una sonrisa: «valió la pena».
La felicidad no está en la fortuna ni en la fama. Está en la sensación de estar alineado con lo que verdaderamente nos mueve. Algunas personas encuentran su felicidad en el arte, en la ciencia, en el servicio a los demás, en la aventura, en la exploración espiritual. El propósito no tiene un solo rostro, sino que adopta la forma de aquello que nos llena y, sobre todo, en lo que nos apasiona.
Si nunca te haces esta pregunta, podrías terminar viviendo una vida sin dirección. Pasarás los días cumpliendo expectativas ajenas y viviendo frustrado. Y cuando el tiempo pase, podrías mirar atrás y preguntarte por qué nunca hiciste lo que realmente querías hacer.
Sin un sentido claro, el vacío existencial se hace presente. Las rutinas se vuelven insatisfactorias, el trabajo pierde sentido, las relaciones carecen de profundidad. Y entonces, la vida se convierte en una prisión de la que no encontramos salida.
No hay una fórmula mágica para que puedas descubrir tu propósito, pero hay preguntas que pueden guiarte en la búsqueda:
– ¿Qué te apasiona hacer, incluso si no te pagaran por ello?
– ¿Cuáles son las actividades que te hacen sentir pleno y satisfecho?
– ¿Cómo podrías aportar algo valioso al mundo, según tus talentos y habilidades?
– ¿Qué harías si supieras que te queda poco tiempo de vida?
Debemos tener en cuenta que las respuestas no siempre llegan de inmediato. A veces, el propósito se construye paso a paso, probando, fallando, descubriendo nuevas pasiones. Y eso está bien. Lo importante es no dejar de buscar.
No necesitas cambiar el mundo entero para que tu vida tenga propósito. Basta con que cambies tu propio mundo, con que encuentres aquello que te haga feliz y te haga sentir que cada día cuenta.
Pregúntate, reflexiona, experimenta. No dejes que la rutina y las obligaciones ahoguen la búsqueda de aquello que te hace sentir vivo. Porque, al final, no se trata de cuántos años viviste, sino de cómo los viviste.
¿Y tú? ¿Ya has encontrado tu propósito de vida? Si no, tal vez hoy sea un buen día para meditarlo y comenzar la conquista de tu futuro.
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*Profesional Agroforestal, escritor y político local.
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