Por: Jairo Vargas León/ La media chilena o chalaca se le atribuye a los chilenos a principios del siglo XX, la historiografía del futbol señala a la ciudad de Talcahuano por los años de 1914 como el período en que se conoció la maravilla futbolística patentada por los australes. Para hacer esta acrobacia futbolística se requiere que el jugador recline su espalda hacia atrás, suspenda el cuerpo en el aire e impulse sus piernas para poder golpear el balón hacia el destino requerido: el arco.
¿Acaso que pertinencia tiene ello con el proceso electoral en Chile? Pues justamente la jornada de todo el proceso derivado desde la protesta popular, la constituyente y el proceso electoral tuvo un jugador protagonista que lideró el proceso y logró posicionarse en el imaginario popular y por supuesto en el escenario político. Ello le permitió a Gabriel Boric posicionar sus propuestas y su nombre como una figura fresca que emergía en la institucionalidad chilena.
Es dable advertir que el Chile de allende tuvo un contexto más crítico, vulnerable y con injerencia extranjera, los documentos desclasificados muestran que entre 1962 y 1964, la Central de inteligencia americana- CIA financió la campaña del entonces candidato Eduardo Frei con $2.6 millones de dólares y gastó $3 millones de dólares en propaganda en contra de Salvador Allende para desconcertar a los electores en contra de la coalición FRAP del candidato de oposición.
La CIA consideró que su rol en la victoria de Frei en 1964 fue un gran éxito, argumento que la ayuda financiera, y la propaganda para denigrar a Allende fueron «ingredientes indispensables para el éxito de Frei». La Central llegó a la conclusión de que sin la ayuda encubierta de los Estado Unidos las probabilidades de que Frei triunfara hubieran sido mucho menores y dudaron que el progreso de su campaña electoral hubiera sido tan bueno sin esta ayuda.
La nacionalización de la minería del gobierno de Allende hizo que el gobierno de los Estados Unidos a través de Richard Nixon promoviera un boicot contra el gobierno de la Unidad popular mediante la negación de créditos externos y la petición de un embargo al cobre chileno. Dos años después del golpe militar que puso fin al gobierno de Salvador, la Junta Militar de Gobierno pagó una indemnización de US$250.000.000 a la empresa Anaconda Cooper Mining Company, propiedad del potentado de la industria petrolera la familia Rockefeller.
La difícil situación económica que se vivía en el país austral y el temor de sectores empresariales por los programas de estatización emprendidos por el gobierno de Allende, llevaron a la Agrupación de Dueños de Camiones junto con el apoyo de otros gremios, a realizar un paro nacional en octubre de 1972, lo cual agravó aún más los problemas de distribución de productos básicos para el consumo.
La oposición al gobierno de la unidad popular convocó a otros gremios, grupos de profesionales, para que fortalecieran el paro lo cual conllevó a la parálisis de los distintos renglones económicos del país. En ese escenario de vulnerabilidad y la exacerbación de protesta de diversos sectores fue la condición propicia para que el sector militar encabezado por Augusto Pinochet promoviera el golpe de Estado el fatídico 11 de septiembre de 1973.
La dictadura militar bajo el régimen de Pinochet se distinguió por la flagrante violación de los derechos civiles y políticos de los chilenos, criminalizó la protesta social, persiguió despiadadamente a los sectores provenientes de la izquierda, los partidos de oposición, artistas populares, el Estadio Nacional el principal centro deportivo de chile fue usado como campo de concentración de prisioneros políticos ulterior al golpe de Estado.
Una de las muertes más sonadas con gran resonancia internacional fue la del cantautor Víctor Jara, acontecida en el mentado estadio, después de 3 días de tortura su cuerpo apareció con 40 disparos, según la necropsia dada a conocer en el proceso que se siguió ante la justicia norteamericana quien declaró responsable por tortura y muerte al exmilitar Pedro Barrientos,
Han pasado 50 años desde el triunfo de Allende en 1970, a lo largo de estas cinco décadas el proceso de retorno de la democracia se da a partir de 1990 en que finaliza el gobierno de Pinochet, producto de un plebiscito en 1988 en el que se puso en consideración el nombre del dictador si continuaba en el poder por otros 8 años más, su propósito era estar en el solio presidencial por un espacio adicional de 16 años. La decisión del “NO” triunfó en la convocatoria eleccionaria, lo que significó el cese del poder para el gobierno de facto mediante un proceso democrático.
La dictadura militar implementó el Neoliberalismo económico, suprimió las protecciones arancelarias para la industria local, prohibió los sindicatos, privatizó la seguridad social y las empresas estatales. ¿La economía del país creció, pero para quién? Es ahí donde la concentración enriqueció más al poder económico y produjo una profunda desigualdad en los ingresos de la población.
Colateral a ello el legado de Pinochet dejó pendiente 300 cargos penales por numerosas violaciones a los derechos humanos durante su mandato de 17 años, además se le acusó de haberse apropiado de 28 millones de dólares, evasión de impuestos y malversación de fondos públicos, de tal suerte que el milagro chileno que pregonan los defensores del Neoliberalismo poniéndolo como ejemplo es precario y vergonzante.
El Chile de Gabriel Boric tiene un contexto de coincidencias al de Allende, el liderazgo es producto de una convergencia de movimientos sociales y políticos de centroizquierda, en Allende se reunió mediante la organización de la unidad popular-UP; en Boric a través del Frente amplio, la década de los setenta de Allende presentaba una efervescencia de la izquierda legal, pero también de la insurgente, en la actualidad la participación de la ciudadanía chilena posee un espectro de centroizquierda moderada donde no hay presencia del movimiento insurgente como en otrora ostentó.
La movilización estudiantil organizada por los estudiantes de la Universidad central de Chile fue determinante a raíz del anuncio de la venta de parte de la propiedad de la Universidad a un conglomerado económico, además convocaron sucesivas marchas en las principales ciudades de Chile, proponiendo reformas al sistema educacional para fortalecer el rol del Estado en la educación.
Boric ha proclamado que “Si Chile fue el lugar de nacimiento del neoliberalismo, puede ser también su tumba”. En política internacional ha propuesto la no intervención en la región, lo cual pone freno a la injerencia de Estados Unidos y de los gobiernos que han creado el expansionismo vulnerando la soberanía de los pueblos.
El espejo chileno se asimila un poco al colombiano, lo cual despierta expectativas en los sectores populares y resquemores en la derecha recalcitrante, la media chilena de Boric también se inspiró en Allende, se requiere entonces que la acrobacia deportiva tenga éxito en nuestro escenario político donde nuestros dirigentes más connotados puedan hacer la media chalaca en favor de una amplia convergencia democrática, popular, participativa, para hacer eco de lo que proclamó Allende: “Más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
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*Abogado-Economista, Magister en filosofía, Doctorando en Derecho, Docente Universitario
