Por: Juana Yolanda Bazán Achury/ La democracia se define como la forma de gobierno en la que se ejerce el poder político a partir del pueblo y para el pueblo, es decir la soberanía reside en él y se ejerce directamente o a través de sus representantes, las características necesarias e imprescindibles son; la realización de elecciones libres, competitivas y periódicas.
La financiación es parte esencial de los procesos electorales. Sin embargo, a través de la interferencia del dinero en la política se producen distorsiones e inequidades, en el país, las organizaciones guerrilleras, los paramilitares, grupos criminales de narcotráfico, la corrupción y otras formas ilegales, participan en el ejercicio político, en particular en los niveles local y regional.
El proceso de elección implica la existencia de varios elementos de orden legal, el derecho a la organización y participación política, la libertad para escoger a los intervinientes en el proceso, y la posibilidad de dar a conocer sus propuestas a los potenciales electores en igualdad de condiciones, ya que estos eligen la propuesta o propuestas que más les convenga o les convenza; en una palabra, oportunidades iguales para los aspirantes a ser elegidos, como se consagra en la Constitución Política.
El ejercicio de la democracia se debe analizar desde dos aristas, una la elección de los gobernantes de forma alternativa y dentro de las opciones partidistas o independientes de quienes deciden intervenir, la otra corresponde a los medios o canales de representación que hoy son los partidos políticos o el mecanismo de firmas que utilizan algunos que son o se presentan como independientes, en los que concurren los más diversos intereses territoriales y sectoriales; luego aspiran a ser tenidos en cuenta a la hora del reparto burocrático y de las oportunidades contractuales y de la toma de decisiones.
Podría decirse, que es una mezcla de democracia representativa con democracia participativa que se presenta en casi todas las sociedades contemporáneas.
Nuestra democracia tiene graves y serios problemas que se acentúan en la mayoría de las regiones, no se ejerce libremente el derecho de organización y expresión, pues diversos grupos armados se lo impiden a quienes no comparten sus tesis. Los aspirantes a ser elegidos no cuentan con las mismas oportunidades para dar a conocer sus propuestas, la injerencia de factores económicos o el acceso privilegiado a los medios de comunicación colocan a algunos en una posición de ventaja frente al resto.
Los votantes no poseen libertad plena para escoger libremente el candidato de su preferencia, ya que se ven impedidos por el clientelismo o presión económica, que interfiere la decisión del votante.
La política colombiana, tiene como mecanismo predominante de reproducción política, desde hace varios años el clientelismo, involucrando una lógica de reciprocidades y pago de favores, en el sector público como en el privado, por lo tanto, se saltera la conducta libre del elector, teniendo un peso significativo en la toma de decisiones políticas de los electores.
Los partidos políticos que tienen como deber fundamental constituirse en los canales de representación de los diversos intereses sociales, en la realidad no representan a la sociedad, solo al pequeño grupo que maneja el partido y que se beneficia directamente de su financiación y sus avales, para obtener el poder local y luego ufanarse de haber contribuir a elegir alcaldes, gobernadores, diputados y concejales, e incluso ediles, que están muy lejos de representar los intereses de la sociedad. No se puede desconocer que hay una clara fractura entre lo que representan los partidos políticos y los problemas sociales.
La financiación de las campañas desde el punto de vista legal es mixta, el Estado sostiene el funcionamiento de los partidos políticos con personería jurídica y de las campañas políticas, pero se permite la financiación de los particulares, regulando el porcentaje que pueden aportar legalmente; el Consejo Nacional Electoral (CNE) define los topes.
Es precisamente a través de la financiación de las campañas, que se corrompe el funcionamiento de la competencia política, afectando en materia grave la democracia, no solo con la injerencia de recursos provenientes de economías ilegales sino también con algunas que sin ser abiertamente ilegales son estructuras corruptas, se convierten en medios para buscar retribuciones posteriores a través de la contratación estatal y otros beneficios de quienes ejercen el poder.
En los países de sur y centro América, las elecciones están gravemente permeadas por los grupos mafiosos, carteles y otros medios de corrupción que han cooptado el Estado y las instituciones para que estén al servicio de sus intereses.
El narcotráfico se ha constituido en un lastre para la democracia siendo una actividad que genera grandes riquezas, con impacto internacional y al margen de la legalidad, desarrollada por individuos y organizaciones interesados fundamentalmente en el lucro personal.
El conflicto armado interno es complejo y de larga duración, pese a la firma del acuerdo de paz en el año 2016, no se ha logrado acabar con dichas organizaciones, que coexisten con la legalidad y legitimidad, reclaman reconocimiento político, pero ejercen actividades ilícitas, e ilegales y ejercen prácticas degradantes.
Los grupos paramilitares ejercen las mismas prácticas, pero se dicen abanderados del orden y defensores del Estado.
La intromisión de las organizaciones ilegales al control social y político, es útil para desestabilizar el Estado y para las fuerzas conservadoras y autoritarias, que utilizan a su favor y en su beneficio la violencia que ejercen; lo anterior en perjuicio de la implementación de políticas progresistas y sociales afectando las coaliciones de renovación.
Para profundizar la democracia y consolidarla, es necesario seguir avanzando en la transición de la guerra a la paz, generar desarrollo con urgencia de manera prioritaria en los sectores influenciados en mayor medida por las economías ilícitas, garantizando los derechos sociales y económicos de los ciudadanos; mientras esto no se logre cada día habrá menos democracia.
…
*Exrepresentante a la Cámara por Santander.