Por: Luis Alfredo Bonza Forero/ Definitivamente en un país donde quienes rigen el ordenamiento de la legislación penal, desconoce a quien denuncia actos de corruptela en la cosa pública con valor civil, los viene convirtiendo en personas protervas, dando la oportunidad al presunto sindicado con probabilidad de ser delincuente si es que lo juzgan, en un individuo de alta reputación, esto es el bueno del paseo, dicen que, denunciantes ha tenido que indemnizar a su victimario por motivos presuntamente ilógicos, creando espacios vacíos donde la ley debe ser inflexible, observamos dilataciones presuntas en la caracterización de las denuncias penales instauradas ello debe tener un fin que solo los torcidos saben y las gentes reflexionan.
En nuestra ciudad hay un caso particular desnudado por la comisión de empalme, esta de connotada representación digna, referente a la Alcaldía de Bucaramanga que una vez entregado el informe de las diferentes comisiones al distinguido profesional y alcalde elegido Jaime Beltrán Martínez, quien como jefe del ejecutivo municipal de la ciudad su deber es denunciar públicamente las actuaciones posiblemente irregulares de su antecesor, quien si fuese estudiante de instante perdería hasta el recreo, no es un secreto que las delaciones hechas públicamente son un monumento ascendente de posibles delitos cometidos, que las autoridades deben tener en sus investigaciones el éxito esperado.
Hoy no sé si ha ocurrido pero si no es así, al forastero que manejó la ciudad a su libre albedrío con sus “amiguis” no santandereanos menos bumangueses, se le debía prohibir salir del país por las autoridades competentes, incluso de Bucaramanga epicentro de sus “trabajitos” muy seguramente planificados para arrasar con la ciudad, quien tuvo la osadía en el cumpleaños de la ciudad bonita regalarle destrucción, calamidad, posible latrocinio, inmovilidad, inseguridad, administración bolero, endeudamiento indebido, abuso, otros hechos aparentemente punibles de conocimiento público, el extravagante e impropio comerciante aleatorio debe ser vigilado, se el palo no está para hacer cucharas ¡ojo!
El mejor obsequio recibido por Bucaramanga en su onomástico fue que la ciudad despertara el año anterior y hubiésemos ido a depositar nuestro voto por el actual alcalde, Jaime Beltrán Martínez, quien a escobazo limpio inicio un aseo milimétrico en su nuevo despacho al descubrir supuestos “torcidos” de su precedente y funesto bailador de cumbia, quien desde Dubái se atrevió a denunciar dicen, al digno alcalde de Bucaramanga por injuria y calumnia por las inculpaciones que en su contra existen, si hay justicia debe responder, esa es la identidad de un desenfrenado con poder efímero, el despacho del alcalde Beltrán debe ser desendemoniado, afortunadamente Dios está con el señor Jaime luego nada que temer.
Tantos golpes le das a un cántaro que hasta al fin se rompe dice un apotegma popular, creo es hora esto suceda, para acabar con las conductas apócrifas como dicen en los círculos de tertulia, para no seguir observando la llegada de alcaldes a robar el erario público en el país, cuantas personas están detenidas por una simple presunción sin resolverles su situación jurídica, pero seguimos viendo las denuncias que se instauran contra sindicados con argumentos y no pasa nada, ¡pregunto! ¿Por qué esto sucede? la verdad averígüelo Vargas porque cuando el periodista opina lo que ve y siente, lo convierten en un delito como si fuese de lesa humanidad, increíble pero cierto la mordaza a la libertad de prensa existe en Colombia por complicidad turbia.
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*Periodista