Por: Luis Carlos Heredia Ordóñez/ Los procesos de descarbonización son cruciales en la actualidad, no solo a nivel regional sino a nivel global, ya que buscan reducir la dependencia de combustibles fósiles y mitigar el cambio climático.
En el caso de Santander, una región que históricamente ha dependido de la extracción y producción de carbón, la transición hacia fuentes de energía más limpias es un desafío necesario, pero que debe ser abordado con cuidado y planificación.
En primer lugar, es importante reconocer que la descarbonización no significa simplemente abandonar una fuente de energía sin pensar en las consecuencias sociales y económicas.
En el caso del carbón, la transición debe ser gradual y acompañada de planes de reconversión para los trabajadores y las comunidades que han dependido de esta industria.
La inversión en la formación de nuevas habilidades y la creación de empleos en sectores sostenibles es esencial para garantizar una transición justa.
Además, Santander tiene un gran potencial para el desarrollo de fuentes de energía renovable, como la energía eólica y solar, dada su ubicación geográfica y condiciones climáticas.
La inversión en infraestructura y tecnología para aprovechar estos recursos es esencial para la transición a una economía más verde.
También es crucial involucrar a la comunidad en este proceso. La participación activa de las comunidades locales en la toma de decisiones y la planificación de la transición es esencial para garantizar que se aborden sus preocupaciones y necesidades.
La descarbonización no solo es una necesidad ambiental, sino que también puede brindar oportunidades económicas y de desarrollo a largo plazo.
Santander tiene la oportunidad de convertirse en un líder regional en la adopción de energías limpias y tecnologías sostenibles, atrayendo inversiones y creando empleos en sectores como la energía renovable, la eficiencia energética y la investigación y desarrollo de tecnologías verdes.
Los procesos de descarbonización en Santander son un desafío complejo pero necesario. La planificación cuidadosa, la inversión en formación y nuevas oportunidades laborales, la participación comunitaria y el aprovechamiento de recursos naturales sostenibles son aspectos clave de una transición exitosa hacia una economía más limpia y sostenible en la región.
El papel del ingeniero ambiental en los procesos de descarbonización es de particular relevancia, ya que desempeña un rol central en la planificación, implementación y supervisión de estrategias orientadas a reducir la huella de carbono en distintos sectores.
Estos profesionales son esenciales para diseñar y ejecutar proyectos de energías renovables, evaluar la eficiencia energética de sistemas y edificios, y gestionar la transición hacia fuentes de energía más limpias.
Además, contribuyen significativamente a la identificación y mitigación de impactos ambientales negativos, al monitoreo de la calidad del aire y del agua, y al fomento de prácticas sostenibles en la producción y el consumo.
Su expertise en la gestión de recursos naturales y la minimización de residuos es crucial para garantizar que la descarbonización se lleve a cabo de manera efectiva, salvaguardando al mismo tiempo la salud del planeta.
En resumen, los ingenieros ambientales son pilares fundamentales en la transformación hacia una economía baja en carbono, ayudando a equilibrar las necesidades humanas con la protección del entorno.
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*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
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