Este lunes 26 de febrero, el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Mohammad Shtayyeh, presentó su renuncia. Aunque esta aún debe ser aceptada por el presidente de la organización, Mahmud Abbas, el premier palestino remarcó que la decisión busca permitir un amplio consenso entre los palestinos sobre acuerdos políticos en una fase de posguerra en el enclave.
La siguiente etapa «requerirá nuevos acuerdos gubernamentales y políticos que tengan en cuenta la realidad emergente en la Franja de Gaza, las conversaciones de unidad nacional y la urgente necesidad de un consenso interpalestino», afirmó Shtayyeh, un economista, que asumió el cargo en 2019.
La renuncia llega en momentos en que Estados Unidos presiona por una reorganización de la Autoridad Palestina para empezar a trabajar en una estructura que no solo administre Cisjordania ocupada —actualmente con un control limitado— sino que también asuma la administración de Gaza.
Todo pese a que el pasado viernes 23 de febrero, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, presentó su primer plan oficial posguerra para el territorio gazatí, en el que descartó una participación de la organización dirigida por Abbas. En cambio, propuso la sustitución del gobierno de Hamás con representantes palestinos «que no estén afiliados a países o grupos terroristas y no reciban apoyo financiero de ellos».
En el plan, Netanyahu planteó, entre otras condiciones, que la seguridad de la franja dependa exclusivamente del Ejército israelí “sin tiempo limitado”. Todo esto después de cumplir con su objetivo declarado de «eliminar a Hamás» por la vía armada. Un proyecto al que la Autoridad Palestina se opone fehacientemente y asegura que está “destinado al fracaso”.
Pero los líderes palestinos apelan a un escenario distinto. Tras presentar su dimisión, Shtayyeh también señaló este lunes que será necesaria «la extensión de la autoridad de la Autoridad a todo el territorio de Palestina».
La Autoridad Nacional Palestina surgió hace 30 años bajo los Acuerdos de Paz de Oslo en los que participaron Israel y la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Entonces, una serie de conversaciones culminaron con el reconocimiento mutuo. En la actualidad, ejerce una gobernanza limitada sobre partes de la ocupada Cisjordania, pero perdió poder en Gaza, luego de que Hamás ganara las elecciones de 2006 y desde entonces gobierna el enclave.
Sin embargo, desde hace años una parte de los palestinos está inconforme tanto frente a Fatah, movimiento al que pertenece Abbas, como a Hamás. Ambos han sido denunciados de corrupción y autocracia.
No obstante, parece que Fatah y Hamás buscan acerar posturas. Las dos partes tienen prevista una reunión el próximo miércoles 28 de febrero, en Moscú, para intentar un acuerdo sobre un gobierno de unidad.
«La dimisión del gobierno de Shtayyeh solo tiene sentido si se produce en el contexto de un consenso nacional sobre los acuerdos para la siguiente fase», subrayó el alto funcionario de Hamás, Sami Abu Zuhri, en una entrevista con Reuters.
Hamás: declaraciones de Netanyahu arrojan dudas
Las partes involucradas en el conflicto israelí-palestino apuntan a planes a futuro, pero para ello primero deben resolver la guerra en el enclave.
Actualmente, adelantan negociaciones sobre una posible nueva tregua entre el Ejército israelí y Hamás con la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto.
No obstante, Netanyahu declaró el domingo que un eventual alto al fuego en la sitiada Franja podría “retrasar un poco” la anunciada incursión terrestre en Rafah —en el extremo sur de Gaza, donde está la mayor parte de la población internamente desplazada—, pero no frenarla.
Netanyahu agregó que aún no está claro si se materializaría un acuerdo para el intercambio de prisioneros palestinos por los más de 100 rehenes que permanecen en manos del movimiento islamista y volvió a sugerir que las peticiones de Hamás serían excesivas.
Hamás necesita “llegar a una situación razonable (…) Están en otro planeta. Pero si llegan a una situación razonable, entonces sí, tendremos un trato sobre los rehenes. Eso espero”, aseguró el premier en una entrevista con la cadena estadounidense ‘CBS’.
Estas palabras no fueron bien recibidas por el grupo islamista que controla el enclave. «Los comentarios de Netanyahu muestran que no está preocupado por llegar a un acuerdo», afirmó Abu Zuhri, alto funcionario de Hamás, que además acusó al líder israelí de querer «seguir negociaciones bajo bombardeos y derramamiento de sangre (de los palestinos)».
El pronunciamiento de Hamás también llega un día después de que el Ejército israelí entregara a su gabinete de guerra un plan de “evacuación” de civiles de Rafah, de cara a su ofensiva en toda regla, en la localidad fronteriza con Egipto.
Sin embargo, las autoridades israelíes no han especificado cómo trasladarían a los cerca de 1,5 millones de personas que se resguardan allí, entre los 2,3 millones de habitantes del enclave.
Mientras las discrepancias y negociaciones continúan, las tropas israelíes siguen golpeando con fuerza a lo largo de la Franja de Gaza. En las últimas 24 horas, al menos 90 palestinos perdieron la vida en medio de los ataques, lo que aumenta la cifra total de víctimas mortales, en más de cuatro meses de la escalada del conflicto, a 29.782. La gran mayoría eran civiles.