Reducir la producción de metano, el próximo blanco en la lucha contra el cambio climático. Estados Unidos presentó este 2 de noviembre nuevas reglas para frenar el gas de efecto invernadero, producto entre otras acciones de las operaciones de petróleo y gas natural.
Aunque el plan que busca reducir las emisiones totales de metano en todo el mundo en un 30% para 2030 no está en el programa de negociaciones formales de Naciones Unidas, esta promesa podría llegar a ser uno de los resultados más importantes obtenidos en el marco de la COP26.
La iniciativa también es respaldada por la Unión Europea y según un alto funcionario de la Administración Biden, el acuerdo sería respaldado por unos 90 países.
El pacto, denominado ‘Global Methane Pledge’, fue anunciado por primera vez en septiembre y hasta la semana pasada, 60 naciones se unieron al proceso, en medio de la ofensiva diplomática de Washington y Bruselas antes de llegar a la conferencia climática de la ONU.
Entre los nuevos signatarios se encontrarían la mitad de los 30 principales emisores de metano, entre ellos Brasil, uno de los cinco principales productores de ese gas contaminante en el mundo. Sin embargo, China, Rusia e India aún no confirman su participación.
En Estados Unidos, los nuevos lineamientos apuntan por primera vez a reducir los pozos de petróleo y gas existentes en todo el país, en lugar de solo enfocarse en pozos nuevos como lo han hecho las regulaciones de varias administraciones anteriores, incluidas las de los expresidentes Barack Obama y Donald Trump.
“Mientras los líderes mundiales se reúnen en este momento crucial en Glasgow para la COP26, ahora está muy claro que Estados Unidos está de regreso y lidera con el ejemplo para enfrentar la crisis climática con audaz ambición”, aseguró Michael Regan, administrador de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.
Biden enfrenta una intensa presión tanto a nivel internacional como en su propio país para demostrar que Estados Unidos, la nación que ha bombeado la mayor cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, se toma en serio la mitigación del cambio climático.
En este sentido, el mandatario estadounidense presiona en Glasgow para persuadir a otros países a que reduzcan las emisiones de combustibles fósiles.
Los efectos a corto plazo en la reducción de metano
Junto al dióxido de carbono, el metano es el principal gas de efecto invernadero y puede calentar la atmósfera 80 veces más rápido que el dióxido de carbono durante los primeros 20 años después de su liberación a la atmósfera.
Pero también se degrada más rápidamente en la atmósfera que el CO2. Por tanto, la reducción de las emisiones de metano podría tener un efecto rápido y contundente en la lucha contra el calentamiento global.
Según un informe de la ONU publicado el pasado mayo, una clara disminución de las emisiones de metano podría evitar 0,3 grados Celsius de calentamiento global para la década de 2040.
Por el contrario, no luchar contra esas emisiones haría imposible alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a un techo máximo de 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
El Gobierno estadounidense ratificó este martes otras iniciativas climáticas, incluido un plan para proteger los bosques tropicales y un impulso para acelerar la tecnología limpia.