Washington acusa a Arabia Saudita de ponerse de lado del Kremlin y un nuevo choque frontal se abre en medio de la guerra de Rusia en Ucrania.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, examina una respuesta a Riad, luego de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), que incluye a Moscú, anunciara la decisión de reducir la producción de crudo.
“Va a haber algunas consecuencias por lo que han hecho con Rusia”, advirtió Biden en una entrevista el martes 11 de septiembre.
Un pronunciamiento que demuestra el abandono de los recientes intentos de EE. UU. de buscar un acercamiento con el príncipe heredero Mohammed bin Salman y arroja dudas sobre el futuro de la relación de seguridad entre Estados Unidos y Arabia Saudita.
Aunque el Gobierno estadounidense no ha revelado las opciones que tiene sobre la mesa, el influyente senador demócrata, Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sostuvo que su país debe congelar de inmediato toda cooperación con Riad, incluida la venta de armas.
Menéndez acusó al monarca saudita de ayudar a “financiar la guerra de Putin a través de la OPEP+. “Simplemente no hay espacio para jugar en ambos lados de este conflicto (…) No daré luz verde a ninguna cooperación con Riad hasta que el reino reevalúe su posición con respecto a la guerra en Ucrania. Ya es suficiente”, remarcó.
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró que se realizaría una revisión de la política con su tradicional aliado «durante las próximas semanas y meses».
La medida anunciada representa un nuevo desafío para la Administración de Joe Biden de cara a las elecciones de medio término del próximo 8 de noviembre.
En medio de los altos costos de la energía y la inflación tras las sanciones a Moscú y sus respectivas consecuencias económicas para el mundo, este asunto podría inclinar la balanza entre el electorado en los cruciales comicios que renuevan parte del Congreso de EE. UU.
Arabia Saudita justifica el anuncio
Riad apunta a mantenerse en su decisión. El ministro de Relaciones Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, señaló que la decisión de la OPEP fue estrictamente económica y fue tomada por unanimidad por los Estados que la integran.
“Los miembros de la OPEP+ actuaron de manera responsable y tomaron la decisión adecuada”, aseveró el príncipe Faisal al canal de televisión Al Arabiya.
Pero Washington insiste en señalar que Arabia Saudita se doblega así ante Rusia, tras oponerse al tope en el precio del petróleo ruso que pide Occidente en respuesta a la invasión de Ucrania.
La medida de la OPEP+ y sus aliados propina un duro golpe a Estados Unidos, al socavar sus intentos por reducir los ingresos rusos y amenaza con un aumento en los precios de la gasolina semanas a pocas semanas de las elecciones legislativas.
“Creo que la presión dentro del Partido Demócrata es enorme. La Administración deberá dar algún paso como reducir las fuerzas estadounidenses. Los medios de comunicación y los electores que son importantes para los demócratas están exigiendo pasos”, indicó el exanalista de la CIA y experto en Arabia Saudita, Bruce Riedel.
La decisión de los sauditas de dar la espalda a sus aliados estadounidenses a favor de Rusia se produce a pesar de su dependencia de EE. UU. en asuntos de seguridad, ante la amenaza de Irán en la región.
“La decisión saudita fue un duro golpe, pero EE. UU. también tiene una forma de responder: puede detener rápidamente la transferencia masiva de tecnología de guerra estadounidense a las ansiosas manos de los sauditas”, escribieron, en un artículo de opinión para el medio de comunicación ‘Político’, el senador demócrata, Richard Blumenthal, y el representante, Ro Khanna.
Los expertos resaltan que el actual panorama puede convertirse en un momento decisivo que obliga a un cambio en las relaciones entre Washington y Riad.