Por Yamil Cure Ruiz/ El voto ‘anti’ ganó en las elecciones de 2018, y parece ser que ganará de nuevo este año.
Veamos: El ‘uribismo’ es mucho menor que el ‘Antiuribismo’ y todo este ‘antiuribismo’ se fue fuerte a votar con Petro y Fajardo, tanto así que los dos sumados eran mucho más de lo que sacó Duque en la primera vuelta. Entonces, ¿por qué no ganó Petro en la segunda vuelta?
Muy sencillo, el ‘antipetrismo’ es mucho más grande que ‘antiuribismo’ y ‘petrismo’ juntos. Si Fajardo hubiera sido el que hubiera pasado sería presidente porque su ‘anti’ es menor que el ‘antiuribismo’ y el ‘antipetrismo’.
Si las condiciones se mantienen, Petro nunca podrá ser presidente si se enfrenta cuerpo a cuerpo (uno a uno) con un ‘uribista’. Pero un ‘uribista’ no podría ser presidente nunca si se enfrenta un opositor sin un gran ‘anti’ como Fajardo.
El ‘anti’ es un fenómeno emocional que involucra electoralmente al voto de opinión activando lo que los encuestadores llaman el “voto castigo”; uno de los cuatro segmentos del mercado votante de opinión, que consiste en votar por el candidato que pueda derrotar a aquel otro candidato que deseo que no quede como ganador de las elecciones, generalmente por odio o miedo a lo que representa y sin importar mucho por quien se vota, pues el único objetivo válido del votante es derrotar en las elecciones a ese que me da miedo, fastidio u odio.
Y si este fenómeno se vuelve masivo se le determina con el prefijo ‘anti’ seguido del apellido del candidato y sufijo de lo masivo ‘ismo’. Ejemplo: ‘Anti-Uribe-ismo’ o ‘anti-Petro-ismo’.
Para las elecciones regionales en Santander en encontramos dos ‘antis’, el ‘antirodolfismo’ y el ‘antileonidismo’. Y son más grandes que el ‘rodolfismo’ y ‘leonismo’, respectivamente (ya han sido medidos por quien escribe); pero la división del ‘anti’ en varios candidatos podría hacer que suceda igual como lo ocurrido con Fajardo en las presidenciales y no alcance a derrotar al objetivo de ese ‘anti’. Sin embargo los fenómenos de opinión son diferentes electoralmente hablando y matemáticamente comprobados.
En las elecciones a gobernación de Santander, el ‘leonidismo’ es un bloque solido unitario que ni la disidencia de Emiro Arias lo ha fracturado, antes por el contrario, parece haberlo fortalecido y ningún otro precandidato en la grilla tiene aglutinación para que el ‘anti mayoritario derrote a este candidato en particular.
Por eso la búsqueda de ese candidato que aglutine el ‘anti-Leonidas-ismo’ redunda en lo aparentemente inviable que es una candidatura de Fernando Vargas. La única forma de que el ‘anti’ Leónidas Gómez o ‘antileonidismo’ gane es con un candidato aglutinador (Vargas) o con la unidad de los que están actualmente en la grilla en torno a uno que obligue al votante ‘anti’ a irse masivamente a esa opción (cosa también inviable a hoy).
En las elecciones a alcalde Bucaramanga, el ‘rodolfismo’ es mayoritario frente al ‘antirodolfismo’ pero contrariamente a lo que pasa en la gobernación no hay bloque sólido, sino que hay más de seis candidatos que reciben transferencias del alcalde actual. Con lo anterior dan un chance enorme a todos los opositores que empiezan aglutinar el ‘anti’.
El fenómeno electoral para las elecciones a alcalde Bucaramanga 2019 es inverso a la gobernación. Pues entre más candidatos salgan le restan probabilidades a los candidatos del ‘rodolfismo’ siendo estos los que necesitan de la unidad para derrotar a los opositores. Políticamente el ‘rodolfismo’ se ha equivocado pues les dio alas a todos sus candidatos y ahora, que aparentemente que el alcalde se decidió por uno de ellos, este no es aceptado por otros miembros de este segmento y es aquí donde cada uno de estos candidatos siguen en campaña con serias pretensiones de inscribirse; esto hará que el ‘antirodolfismo’ también dividido con esto gane.
Si esto sigue así la sentencia de este encuestador es que ganará un opositor o candidato de los partidos tradicionales y ese ganador será el que menos errores comenta en la opinión aglutinando el ‘antirodofismo’, por ahora toca hacer apuestas. Luego también queda sentenciada con esta tendencia la suerte de esos seis candidatos incluyendo el ungido del ‘rodolfismo’, pues si no se le unen, la derrota es eminente para todos los involucrados en este segmento así ahora se quieran desmarcar del ‘rodolfismo’ perdiendo toda opción sean avalados por el que sea…
Por todo lo anterior, el ‘anti’ podría ganar en las elecciones regionales en Santander 2019. Recuerden que siempre la política es de realidades no de apasionamientos; aunque estos últimos sean los que nos impulsen a votar y participar como opinadores en ella.
Las mediciones en mi caso es polo a tierra que me lleva a darles esta información que definitivamente es una realidad que puede convertirse en verdad el 27 de octubre.