Por: César Camilo Hernández Hernández/ Los seres humanos no se han concientizado de la realidad y las consecuencias de la pandemia. ¿Las razones? Tal vez porque nunca habíamos vivido la situación que se presenta, porque no estábamos preparados psicológica y técnicamente, pero mas allá de eso, por la forma y el actuar racional de la sociedad.
Desde años atrás, se ha presentado un comportamiento autoritario, a la inversa, desafiante, en muchos aspectos de las personas hacia normas, leyes y recomendaciones que estipula el mundo, no solo plasmadas en documentos, también de forma intangible que son planteadas para un mejor presente y futuro.
Observando el comportamiento y adopción de las recomendaciones para la pandemia, la comunidad ha cumplido un 40% de las prevenciones y normas de bioseguridad que se plantearon, las falencias se encuentran en el uso de tapabocas, aglomeraciones y distanciamiento.
Pero para no centrarnos en las acciones de los seres humanos solo dentro de la pandemia, un ejemplo común, es la prohibición de la pólvora que afecta la salud de las personas y el medio ambiente, mientras las autoridades prohíben las quemas no controladas en fechas especiales, seguimos viendo el incumplimiento con frecuencia.
Pero desde la concepción irracional, la sociedad tilda de culpables a los gobiernos y autoridades, afirmando que no existe control, seguimiento y sanción, pero no asimilan que es imposible un policía por ciudadano, y que las administraciones y entes dan lineamientos para cumplirlos, donde el ser humano es el único y competente para adaptarse y colaborar con la situación.
El futuro del mundo esta en nuestras manos, el cambio de chip de pensamientos y actuaciones, frente a los comportamientos del entorno debe dar un giro de 180 grados, los seres humanos debemos volver a enfocarnos en el Ser, la sociedad y el universo piden a gritos a su aliado estratégico mas importante; las personas, con una visión mas consciente y racional de la vida.
Hoy nos tocó una pandemia que se pudo controlar en manos de los médicos, científicos e investigadores, pero podemos a corto plazo padecer de situaciones que las personas no podrán intervenir en su solución, si no generamos un cambio en la concepción para la prevención. Un claro y palpable ejemplo: El cambio climático.
Paulo Freire, uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX, expuso la necesidad de “un cambio de mentalidad que implica comprender realista y correctamente la ubicación de uno en la naturaleza y en la sociedad; la capacidad de analizar críticamente sus causas y consecuencias y establecer comparaciones con otras situaciones y posibilidades; y una acción eficaz y transformadora.”
Es momento de empezar a pensar y actuar sobre el futuro, desde un cambio de conciencia transitiva crítica como lo manifiesta Freire, basada en la responsabilidad social, con la buena interpretación de los problemas, ubicándose como ficha esencial dentro del contexto, con una posición humanista, integrado a la realidad, esperanzador y con optimismo crítico.
El cambio esta en nuestra manos, la implementación de practicas con conciencia social y humana, permitirán un mundo mas tratable, amigable y perdurable. El cumplimiento de la normatividad en salud, medio ambiente y social, nos hará mejores personas, solidificará relaciones y construirá mejores ambientes vivibles.
Llegó el tiempo del mejoramiento del uso de los sistemas de salud, en cuanto a buenos hábitos, capacidad hospitalaria y trasparencia de los recursos, que permitirá un entorno mas sano. El uso de procesos renovables, respeto por el medio ambiente y trasformación a ecociudades, generará ecosistemas sostenibles. El respeto por el prójimo, a las leyes y a la democracia, condesará ciudadanos de bien, en una sociedad justa y equitativa.
Ingeniero Industrial, Especialista en Gerencia de Proyectos y Magister en Administración.
Twitter: @CesarCamiloHern
Instagram: cesarcamilohernandezh
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).