Por: Pablo Arteaga/ En los últimos días, Barrancabermeja ha estado sumida en un profundo caos, por la falta de gobernabilidad, los escándalos políticos, los problemas judiciales; no existe una coordinada dirección en la administración municipal, a tal punto que se puede considerar que la causa de todos estos males es la improvisación, la falta de gestión y el desinterés en ayudar a la población, que ha pedido acciones contundentes para solucionar los múltiples problemas que los aquejan.
Existe el plan de desarrollo considerado como la herramienta o carta de navegación, que tiene el gobierno para poder cumplir a satisfacción con lo prometido en campaña y así mismo atendiendo otras necesidades identificadas de la ciudad, pero en Barrancabermeja parece que este documento solo para cumplir con un requisito legal y no para proyectar el desarrollo del municipio, con esto se puede percibir que el gobierno de Darío Echeverri está navegando sin un rumbo fijo.
Los ciudadanos han visto como el municipio se llena de demandas, denuncias públicas y escándalos que nos ubican en el escarnio público nacional por presuntos actos de corrupción, como el que se está enfrentando en la actualidad, el burgomaestre local en compañía de sus colaboradores ante la Fiscalía y que le ha costado la libertad.
Eventos que se ha ganado fortuitamente, ya que desde que empezó a gobernar, su actuar estaba yendo en contravía del desarrollo y los intereses de la población, afectando la educación, la economía, la seguridad y el medio ambiente, como también lo denuncian los amigos ambientalistas de la corporación Yariguies, el médico Yesid Blanco y el Dr. Leonardo Granados, entre otros ambientalistas.
Los intereses de Darío Echeverri al parecer van en contravía de los intereses generales de la comunidad barranqueña, es por ello que me atrevo a decir que nada le ha salido bien, es por eso que podemos identificar que algunas apreciaciones como “que al alcalde no se le ha dejado gobernar”, carecen de argumentación, ya que los hechos hablan por sí solos.
En ese orden de ideas, hablar de un vacío de gobierno en Barrancabermeja no es alejado de la realidad, toda vez, el alcalde tiene serios problemas con autoridades judiciales, fiscales y disciplinarias, entiéndase Fiscalía, Contraloría y Procuraduría.
La medida de aseguramiento con detención domiciliaria ratificada el día 24 de mayo/18 por un juez de la república contra de Darío Echeverri, de funcionarios y colaboradores entre ellos Diego Armando Acosta Osorio, Christian Freyman Juliao Camacho, Jhon Moros, es la punta de iceberg por las denuncias de la Misión Observadora Electoral (MOE), ante la Fiscalía General de la Nación evidenciando presunto concierto para delinquir, perturbación al certamen democrático, constreñimiento y corrupción de sufragante y que hoy tiene bajo la lupa a otras personas que ya fueron interrogadas por la Fiscalía y que muy seguramente producirá en la ciudad más capturas de personas involucrada en más delitos.
En este escenario bastante complejo de por cierto, se suman otros líos judiciales para el mandatario local como el denunciado por un par de abogados barranqueños ante la Fiscalía General de la Nación y donde pone en evidencia la compra de presunta manera irregular de unas fincas ubicadas en el municipio de Puerto Parra y cuya compradora según registro de instrumentos públicos es la señora esposa del alcalde Mary Luz Núñez, quien deberá justificar de dónde sacó los 1.500 millones de pesos para su compra en los dos primeros meses del año 2016 cuando recién iniciaba el periodo de gobierno de su esposo.
En este lio donde se denuncia presunta estafa, desplazamiento de personas y despojo de tierras, también se halla inmerso en la denuncia un asesor contable de la Cámara de Comercio de Barrancabermeja y esposo de quien fue la secretaria de Hacienda de Darío Echeverri, un abogado, la hija del actual Registrador de la ciudad Jorge Junior Montes, una juez y el notario segundo de Barrancabermeja.
A este conglomerado de demandas y líos judiciales, Darío Echeverri deberá responder por temas como la presunta adjudicación de forma irregular del Programa de Alimentación Escolar PAE a un contratista de Cartagena.
Igual situación deberá afrontar para explicarles a las autoridades como hizo para comprar un predio en más de 3.000 millones de pesos para la construcción de la cárcel del circuito de Barrancabermeja cuando este no supera el valor de los 500 millones de pesos.
Así mismo las autoridades están tras la pista para verificar la información del sobrecosto de la semaforización de la ciudad y de la cual se le había advertido al mandatario pero que casualmente fue adjudicada a un presunto contratista de Boyacá al parecer en alianza con un contratista local.
Para el próximo mes de junio el mandatario de los barranqueños deberá presentarse ante un juez que al parecer le imputará cargos por el famoso contrato de los niños fantasmas y del cual se escucha en los corrillos del municipio, que presuntamente parte de ese dinero fue a parar a las arcas familiares.
Estos escenarios son algunos de los que deberá enfrentar en los próximos días el burgomaestre que ya se halla a buen recaudo de las autoridades, pero esto tan solo es en la parte judicial.
Hace poco, la procuraduría general de la república citó al alcalde Echeverri a juicio disciplinario junto a su exsecretario General Diego Acosta y su secretario de educación quien fungió como alcalde (e) para la época por faltas gravísimas en el proceso de revocatoria y que los puede llevar a una destitución de sus cargos.
Con todo este panorama nada alentador, el alcalde de Barrancabermeja Darío Echeverri se halla preso, sin respaldo político, pocos amigos y gran parte de su familia inmersa en líos judiciales en medio de ello, una ciudad como Barrancabermeja que se halla como el Titanic… A punto de naufragar. Lo mejor sería contemplar una salida más elegante para el mismo, su dimisión.
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