Por: Andrés Negrete/ No es tarea fácil discernir acerca del ideario de un candidato presidencial, luego, apelo a su comprensión sí en los siguientes párrafos no logro exponer de manera breve y clara el pensamiento que necesita nuestro país, aun cuando sea advertido que: “No está escrito en piedra. Cambiará con el tiempo, la conversación y el aprendizaje diario”; entonces, sin preámbulo, aquí en seis puntos, un planteamiento de país.
Primero. Ética Pública. Palabreja rara en estos tiempos, pero, justa ante la realidad que vive la patria. Hablar con verdad acerca del papel del Estado y los límites de éste, es una acción valiente y noble: conlleva mantenerse fiel a los principios; debatir sin mentiras, odio, miedo o violencia, es la mayor prueba del respeto al pluralismo ideológico; entonces, ¿Cómo luchar contra la corrupción? Fortaleciendo los entes de control, quitándole a las mafias políticas y económicas el manejo de las investigaciones y generando independencia de dichos organismos con el Ejecutivo.
Segundo. El cambio. Se logrará con una reforma estructural de nuestras instituciones y con la anuencia del tiempo; el ciudadano debe recobrar la confianza en las instituciones que nos gobiernan y no caer en la falacia reformista (adanismo[1]) del todo o nada, que se cambie lo que ha de cambiarse y se mantenga lo que ha de mantenerse.
Tercero. Seguridad, Derechos, Libertad y Paz. El fin último del Estado Constitucional de Derecho es la búsqueda de la paz; garantizar el goce efectivo de los derechos fundamentales, requiere de un esfuerzo en materia de seguridad pública, pero, sobre todo, de presencia integral del Estado en todos los rincones del país. El papel de la fuerza pública es trascendental en la protección de las libertades y la justicia, su fortalecimiento será deber del Estado.
Cuarto. Ambiente y Desarrollo Rural. Una verdad que no puede taparse con un dedo, el medio ambiente debe ser prioridad en la agenda nacional. Se requiere de una transición paulatina de la economía que tiene como base los recursos naturales, pues, su deterioro amenaza directamente la existencia de la humanidad. El fortalecimiento del campo requiere, acceso a la propiedad rural.
Quinto. Estado Progresista. La creación de equidad e inclusión social es el papel del Estado, para ello, deberá generar una reforma al sistema tributario buscando equilibrio en el recaudo de impuestos. La libertad de mercado y empresa es esencial para el desarrollo de la función social de la propiedad, esta es trascendental en la superación de la pobreza y la economía, la generación de oportunidades también es responsabilidad del sector privado.
Sexto. Educación. Entendida como un fin en si mismo. La formación es una herramienta que permite la movilidad social y la realización del ser humano.
Que piensa, querido lector, ¿se entusiasma y llena de esperanza que la patria sea reformada?, ¿construir un mejor país?; bueno, desnudar el pensamiento ya es por si solo un acto de transparencia y responsabilidad con el pueblo; reconozco que no será fácil gobernar a Colombia, intereses van y vienen, unos justos otros no tanto, pero, la verdad sea dicha: nuestro pueblo sufre, anhela un cambio social, grita por oportunidades. ¡El Estado ha fallado!
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(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] La idea de que el mundo comienza con cada nuevo gobierno, cada cuatro años. Alejandro Gaviria.