Durante 20 años permaneció oculta la información que Bernardo Ramírez Blanco, hermano de la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, fue condenado por narcotráfico en Estados Unidos. La revelación la hizo el portal La Nueva Prensa y consta en documentos públicos del sistema judicial de EE.UU., que dan cuenta de su captura en julio de 1997 y de las pruebas en su contra.
El 27 de enero de 1998, el hermano de la alta funcionaria colombiana aceptó el cargo de haber conspirado para introducir heroína a EE.UU. desde la isla de Aruba. Por estos hechos, la Corte del Distrito Sur de la Florida lo condenó a 57 meses de prisión.
«La DEA, una agencia que la vicepresidenta hoy conoce bien por su cercano trabajo con Colombia, dio con las acciones ilegales de Bernardo Ramírez a través de otros dos colombianos que hicieron de correos humanos para meter heroína a Estados Unidos por el aeropuerto de Miami en julio de 1997».
Según el relato el agente Shaun Perry, quien para entonces llevaba apenas un año trabajando en la unidad de High Intensity Drug Trafficking Area de Florida, cuando una fuente humana con la que ya había trabajado le contó que Alejandra Vargas Osorio y Miguel José Aguilera llegarían en los próximos días desde Aruba con una carga de heroína en sus estómagos.
Narró que los agentes de la DEA estuvieron pendientes de las listas de pasajeros que llegaban de Aruba por dos días seguidos sin mayor éxito, hasta que, el 16 de julio, su fuente lo contactó de nuevo y le dijo que Vargas y Aguilera ya habían llegado a Miami.
«Las autoridades llegaron hasta la casa de Vargas, donde Aguilera admitió al cabo de un rato haber ingerido grandes píldoras de heroína para ingresarlas a territorio estadounidense. Fueron arrestados. «, recordó Perry.
-A ambos -dijo- les hicieron rayos equis, que revelaron la presencia en su cuerpo de la sustancia psicoactiva y que luego expulsaron mientras estaban hospitalizados. En total, habían ingerido 65 píldoras entre los dos y llevaban otras 30 en la maleta de Aguilera. Dos días después, ambos aceptaron cooperar con la justicia.
El hermano de la Vice
En ese operativo, según cuenta el Agente de la DEA, surgió el nombre de Bernardo Ramírez, el hermano de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
Según los dos capturados, fue él quien los condujo a Aruba por la heroína y a quien deberían contactar en Miami para que les recibiera la droga, una vez llegaran a Estados Unidos, según reza en la acusación en contra de los tres.
Fue entonces que la DEA planeó una entrega controlada de heroína y le pidió a Alejandra Vargas llamar a Ramírez Blanco para cuadrar un encuentro, como si todo anduviera según lo planeado con la organización criminal para la que trabajaban. No obstante, Ramírez Blanco no contaba con que todo lo que dijo e hizo estaba siendo monitoreado.
Ese 18 de julio, Vargas llamó varias veces a Bernardo Ramírez. “Durante estas conversaciones, Vargas y Ramírez hablaron de establecer un lugar de reunión para que Vargas entregara la heroína a Ramírez y cuánto se le pagaría a Vargas por sus esfuerzos”, reza el indictment (acusación) contra Ramírez.
Acordaron, entonces, que el encuentro sería en el exclusivo centro comercial Aventura, al norte de Miami, a donde ambos llegaron sobre las 7:52 de la noche. Mientras Ramírez Blanco pensaba que iba a terminar con normalidad su transacción de drogas, al lugar llegaron también agentes federales que, de nuevo, escucharon todo lo que dijo.
Vargas le dijo a Ramírez Blanco que la acompañara a su auto porque tenía la heroína allí. Caminaron con tranquilidad hasta el parqueadero y, una vez la maleta con la droga estuvo en manos de Ramírez, los agentes de la DEA hicieron presencia en el lugar, lo capturaron y tres días más tarde lo llamaron a juicio por tres delitos de narcotráfico.
La fianza que salpica
El nombre de la alta funcionaria colombiana quedó registrado unos días después, el 24 de julio, cuando Marta Lucía Ramírez, quien para entonces era presidenta de Invercolsa, se presentó en la Corte del Sur de la Florida junto a su esposo el empresario inmobiliario Álvaro Rincón para interceder por su hermano.
La hoy vicepresidenta Ramírez y su esposo llegaron hasta Florida para actuar como codeudores de la fianza de Bernardo Ramírez Blanco. A su hermano le habían impuesto una sanción de $150.000 dólares como requisito para quedar en libertad mientras el proceso en su contra avanzaba.
Ramírez Blanco aceptó pagarlos el 25 de julio de 1997, reportó tener una cuenta bancaria que lo sustentaba y, además, la vicepresidenta y Rincón le sirvieron de personal surety. Es decir, intervinieron en su favor como deudores solidarios para que pudiera quedar libre.
El proceso siguió su curso y, durante todo el caso, Ramírez Blanco tuvo un defensor público. El hermano de la Vicepresinta aceptó colaborar también con la justicia y firmó un preacuerdo con la Fiscalía para aceptar uno de los delitos de los que le acusaban a cambio de que le redujeran la sentencia.
Esa negociación recibió luz verde de un juez el 27 de enero de 1998 y, así, Bernardo Ramírez, quien para entonces tenía 36 años, fue sentenciado a casi cinco años de prisión. El castigo en su contra incluyó la orden de que, en el futuro, Ramírez Blanco no pudiera volver a obtener permisos para portar armas de fuego.