Por: Édgar Mauricio Ferez Santander/ En un reino lejano, enclavado entre montañas y selvas, existía una tierra llamada Carnívoros. Durante años, el reino había sido conocido por su riqueza en recursos naturales, su gente trabajadora y su diversidad cultural. Sin embargo, una sombra oscura cubría sus tierras: la corrupción y la violencia se habían apoderado del reino, y el pueblo sufría las consecuencias de una serie de gobernantes que, en lugar de liderar con justicia, se preocupaban solo por sus intereses.
Todo comenzó en la década de los 90, cuando un hombre llamado “El Lobo Astuto” llegó al poder. Con promesas de modernización y prosperidad, logró ganarse la confianza del pueblo. Pero tras la fachada de progreso, se escondía un líder que estaba dispuesto a pactar con seres oscuros y malignos, conocidos como “Los comandantes de la Sombra”. Estos seres, armados y sin escrúpulos, comenzaron a sembrar el terror en los pueblos y aldeas del reino, masacrando a quienes se interponían en sus caminos.
Las masacres se convirtieron en una herramienta de control, y bajo el mandato del Lobo Astuto, el reino de Carnívoros se sumió en el caos. Las voces de aquellos que clamaban justicia fueron acalladas por la violencia, y los líderes locales, atemorizados, cedieron ante la oscuridad que se cernía sobre ellos.
Tras la caída del Lobo Astuto, llegó al poder un personaje conocido como “El Mesías de la Paz”. Este nuevo líder prometió acabar con la violencia y llevar la paz al reino. El pueblo, cansado de años de terror, depositó en él su última esperanza. Sin embargo, el Mesías de la Paz pronto reveló su verdadero rostro: un líder más interesado en construir monumentos a su gloria que en solucionar los problemas del pueblo. Bajo su mandato, los comandantes de la Sombra no solo continuaron con sus masacres, sino que además expandieron su influencia a nuevas regiones del reino.
Los pactos secretos entre el Mesías de la Paz y los comandantes de la Sombra permitieron que estos siguieran operando con impunidad. En cada rincón del reino, la corrupción se fortaleció, y el pueblo se sintió cada vez más traicionado por aquellos que se suponía debían protegerlos.
El reino de carnívoros se fragmentó aún más cuando, tras la salida del Mesías de la Paz, el poder fue tomado por un hombre apodado “El Caballero de la Reforma”. Este nuevo líder, con su retórica incendiaria y promesas de transformación, prometió que devolvería el reino a su gloria pasada. Pero el Caballero de la Reforma pronto demostró que sus palabras eran solo eso: palabras. Su gobierno estuvo marcado por escándalos de corrupción y la venta del reino a mercaderes extranjeros que solo buscaban explotar sus riquezas.
El Caballero de la Reforma también fue conocido por su negligencia en la protección del pueblo. Bajo su mandato, las masacres continuaron, y los comandantes de la Sombra se hicieron aún más poderosos. El pueblo, desesperado, comenzó a perder la esperanza de un futuro mejor.
En la actualidad, el reino de carnívoros es gobernado por un líder conocido como “El Halcón de la Seguridad”. Este líder llegó al poder prometiendo mano dura contra los comandantes de la Sombra y una reforma total del reino. Pero como sus predecesores, el Halcón de la Seguridad también sucumbió a la corrupción y los pactos secretos.
Las masacres continúan, y el reino está más dividido que nunca. El pueblo de carnívoros se siente abandonado por sus gobernantes, quienes parecen más interesados en mantener su poder que en gobernar con justicia y eficacia. Los comandantes de la Sombra, ahora más organizados y poderosos, controlan gran parte del reino, y la violencia es el pan de cada día.
Mientras el reino se desmorona, el pueblo de carnívoros sigue esperando un verdadero líder, alguien que pueda romper el ciclo de corrupción y violencia que ha asolado sus tierras durante tanto tiempo. Sin embargo, esa esperanza se desvanece día a día, mientras el Halcón de la Seguridad sigue en el poder, utilizando el miedo y la represión para mantenerse en su trono.
La historia del reino de carnívoros es un reflejo de lo que sucede cuando los líderes se alejan de su deber de proteger y servir a su pueblo. El futuro del reino es incierto, pero una cosa es segura: mientras sigan esperado un salvador nada cambiara si no cambian su cultura. Continuará…
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*Historiador, Magíster de la Universidad de Murcia y Candidato a doctor en estudios migratorios Universidad de Granada-España.