Por: Laura María Jaimes Muñoz/ La situación del país tiene nuestra bandera “Izada al revés” como una voz de protesta, como una señal de S.O.S. para que el mundo se entere de la extrema corrupción, de la extrema desigualdad que día a día los colombianos trabajadores, honestos, aquellos quienes sí nos hemos ganado el capital a “pulso”, estamos al borde del abismo, pues el gobierno quiere seguir “exprimiendo” al pueblo pues el cierre de negocios, empresas, desempleo y demás no le ha significado nada.
Es imposible seguir permitiendo tanto atropello, tanta miseria. La población más vulnerable es hoy “manoseada” por un grupo de personas que desde el Congreso toman decisiones sin importar el bienestar de la gente que los eligió para estar allí, pero no les importa y no concertan los proyectos con la comunidad.
La clase que hoy aún le decimos “clase media” es la clase que sostiene al país, por medio de su trabajo constante, legal, honesto – nos están acabando- pero la burocracia quiere seguir llenando sus “bolsillos” y esta es la causa de la corrupción es la que permite que muchos “encorbatados” sigan mirando “los toros sobre la barrera” y peor que sigan tomando decisiones detrás de un escritorio.
Porque no conocen la realidad sentida del pueblo -irónicamente y es una realidad ¡no saben cuánto vale un huevo! porque no saben qué es una crisis, no saben qué es ir a un mercado a llevar el alimento para su casa con el límite en su presupuesto y tampoco saben los “doctores” que para lograr entender las necesidades de la comunidad, lo primero es hacer un diagnóstico psicosocial que permita tomar decisiones asertivas desde la comunidad.
El cambio no se realiza por decretos o mediante la utilización del poder legislativo, estos solo producen frustraciones y el desgaste que hoy observamos de autoridad.
El desarrollo y el cambio son necesarios, pero no son espontáneos, deben ser el resultado directo de acciones planificadas, ¡pero no más! el pueblo se cansó y estas marchas obedecen a presiones sociales como instinto de progreso o más bien de supervivencia.
Por tanto, la voluntad política de la clase dirigente del país debe cambiar, deben ser personas que conozcan los principios y los valores de una familia construida para ser buenas personas para la sociedad.
Galbraith decía «los pobres son los hogares cuyo ingreso es equivalente a un salario mínimo, o menos, cuyo ingreso no les alcanza para satisfacer las necesidades mínimas, particularmente en nutrición”, entonces cuál es el % de pobreza en nuestro país cuando la mayor parte de la población está en un salario mínimo y menos pues en este momento de crisis y pandemia tenemos como principal empresa “…el rebusque”.
Qué pasa con los economistas del gobierno que no saben que el desarrollo económico, la modernización social y la madurez política -según Furtado- “consiste en la introducción de nuevas combinaciones de factores de producción que tienden a aumentar la productividad del trabajo y por consiguiente el ingreso social real, e implica la transformación estructural de la economía para un crecimiento autosostenido”.
Por esto los pasos serían: empleo, tecnología, diversificación de la producción, altas tasas de ahorro y de inversión, alta productividad y distribución equitativa entre regiones y estratos socio ocupacionales.
Esta sería la real reforma. ¡Gobierno no confunda la humildad con la humillación o la autoridad con la violencia, el pueblo reclama justicia social!
Psicóloga y Especialista en Psicología Clínica y de la Salud.
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